Honradez
"Los que desprecian los requerimientos de Dios en esta vida no respetarían su autoridad si estuviesen en el cielo" 4TI, 306.
I. La Honradez en la Vida Diaria
“El justo aborrece la mentira; mas el impío se hace odioso e infame” (Proverbios 13:5).
Imagina a un comerciante que siempre da el peso exacto y nunca engaña a sus clientes. Aunque otros comerciantes puedan ganar más dinero a corto plazo mediante engaños, este comerciante gana la confianza y lealtad de sus clientes, asegurando su éxito a largo plazo.
"Un hombre honrado, según la medida de Cristo, es el que manifiesta integridad inquebrantable. El peso fraudulento y las balanzas falseadas con que muchos tratan de incrementar sus ganancias en el mundo son abominación a la vista de Dios. Sin embargo, muchos de los que profesan guardar los mandamientos de Dios trabajan con pesos y balanzas falseados. Cuando un hombre está verdaderamente relacionado con Dios y guarda su ley, su vida lo revelará, porque todas sus acciones estarán en armonía con las enseñanzas de Cristo. No venderá su honra por ganancia. Sus principios se basan en el fundamento seguro, y su conducta en asuntos mundanos es un trasunto de sus principios. La firme integridad resplandece como el oro entre la escoria y la basura del mundo". 4TI, 305.
“La honradez debe ser uno de los principios fundamentales de nuestra vida. No debemos permitirnos ni la más mínima desviación de la verdad” (CSMC, 154).
"El día de Dios encontrará a los hombres absortos igualmente en los negocios y placeres del mundo, en banquetes y glotonerías, y en la complacencia del apetito pervertido, en el consumo contaminador de bebidas y del narcótico tabaco. Tal es ya la condición de nuestro mundo, y estas prácticas se encuentran hasta en los que profesan pertenecer al pueblo de Dios, algunos de los cuales siguen las costumbres del mundo y participan de sus pecados. Abogados, mecánicos, agricultores, negociantes y aun ministros claman desde el púlpito: “Paz y seguridad” (1 Tesalonicenses 5:3), cuando la destrucción está por sobrevenirles.
Creer en la próxima venida del Hijo del Hombre en las nubes de los cielos no inducirá a los verdaderos cristianos a ser descuidados y negligentes en los asuntos comunes de la vida. Los que aguardan la pronta aparición de Cristo no estarán ociosos. Al contrario, serán diligentes en sus asuntos. No trabajarán con negligencia y falta de honradez, sino con fidelidad, presteza y esmero. Los que se lisonjean de que el descuido y la negligencia en las cosas de esta vida son evidencia de su espiritualidad y de su separación del mundo incurren en un gran error. Su veracidad, fidelidad e integridad se prueban mediante las cosas temporales. Si son fieles en lo poco, lo serán en lo mucho.
Se me mostró que es en esto donde muchos no superan la prueba. Desarrollan su verdadero carácter en el manejo de las preocupaciones temporales. Son infieles, maquinadores y deshonestos en su trato con sus semejantes. No consideran que su derecho a la vida futura e inmortal depende de cómo se conducen en los asuntos de la presente, y que la más estricta integridad es indispensable para la formación de un carácter justo. En todas nuestras filas se práctica la falta de honradez; y ésta es la causa de la tibieza que notamos en muchos de los que profesan creer la verdad. Éstos no están relacionados con Cristo y están engañando sus propias almas. Me duele declarar que hay una alarmante falta de honradez aun entre los observadores del sábado". 4TI, 304.
II. La Honradez en las Relaciones
“No hurtarás, y no engañarás ni mentirás el uno al otro” (Levítico 19:11).
Considera una amistad en la que ambas partes son completamente honestas entre sí. Esta relación se fortalece con el tiempo, ya que la confianza mutua crea un vínculo inquebrantable. En contraste, una relación basada en mentiras y engaños está destinada a fracasar.
“La honradez y la integridad son esenciales para la formación de un carácter cristiano. La falta de estas virtudes destruye la confianza y la paz en las relaciones humanas” (Ed, 57).
III. La Honradez ante Dios
“Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de perversos labios y fatuo” (Proverbios 19:1).
Piensa en un hombre que, a pesar de enfrentar dificultades financieras, se niega a comprometer sus principios. Su integridad le da una paz interior y una relación más profunda con Dios, sabiendo que ha actuado conforme a Su voluntad.
“Dios requiere que sus hijos sean honrados en todos sus tratos. La honradez es una señal de la verdadera piedad” (MC, 310).
"Se puede pasar por alto y ocultar a los ojos de los hombres el engaño, la mentira y la infidelidad, pero no a los ojos de Dios. Los ángeles del Señor, los cuales vigilan el desarrollo de nuestro carácter y pesan nuestro valor moral, registran en los libros del cielo estas transacciones menores que revelan el carácter. Si un obrero es infiel en las vocaciones diarias de la vida, y descuida su trabajo, el mundo no lo juzgará incorrectamente si estima su norma religiosa de acuerdo con su norma comercial". 4TI, 305.
"La Biblia condena en los términos más enérgicos toda mentira, trato falso e improbidad. Lo bueno y lo malo se manifiestan claramente. Pero se me mostró que el pueblo de Dios se ha puesto en terreno del enemigo, ha cedido a sus tentaciones y ha seguido sus designios hasta que sus sentidos han quedado terriblemente embotados. Una ligera desviación de la verdad, una pequeña variación de los requisitos de Dios no se considera tan pecaminosa cuando entraña ganancia o pérdida pecuniaria. Pero el pecado es pecado, ya lo cometa el millonario o el mendigo de la calle. Los que obtienen propiedades por medio de la falsedad están trayendo condenación sobre su alma. Todo lo que se obtiene por medio del engaño y el fraude, será tan sólo una maldición para quien lo reciba" 4TI, 306.
CONCLUSIÓN
"“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel: y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”. Lucas 16:10 No es la magnitud de un asunto lo que hace que sea justo o injusto. Así como un hombre trata con sus semejantes, tratará con Dios. El que es infiel en las riquezas injustas, no recibirá nunca las riquezas verdaderas. Los hijos de Dios no deben dejar de recordar que en todas sus transacciones comerciales son probados y pesados en la balanza del santuario.
Cristo dijo: “No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos”. “Así que, por sus frutos los conoceréis”. Mateo 7:18, 20. Los hechos de la vida de un hombre son sus frutos. Si es infiel y le falta honradez en las cosas temporales, produce espinas y cardos; será infiel en la vida religiosa y robará a Dios en los diezmos y las ofrendas". 4TI, 306.
Hoy hemos explorado la importancia de la honradez en tres áreas clave de nuestras vidas:
La Honradez en la Vida Diaria: Vimos cómo la integridad en nuestras acciones cotidianas, como en el comercio, puede construir una reputación sólida y confiable.
La Honradez en las Relaciones: Discutimos cómo la honestidad es fundamental para mantener relaciones saludables y duraderas.
La Honradez ante Dios: Reflexionamos sobre cómo mantener nuestra integridad, incluso en tiempos difíciles, fortalece nuestra relación con Dios y nos da paz interior.
LLAMADO
En tu vida diaria: ¿Hay áreas en las que podrías mejorar tu honradez? ¿Cómo puedes asegurarte de ser siempre justo y transparente en tus acciones?
En tus relaciones: ¿Estás siendo completamente honesto con las personas que te rodean? ¿Qué pasos puedes tomar para fortalecer la confianza en tus relaciones?
Ante Dios: ¿Estás viviendo de acuerdo con los principios de integridad que Dios espera de ti? ¿Cómo puedes demostrar tu honradez en tu relación con Él?
Reflexionemos sobre estas preguntas y pidamos a Dios que nos ayude a ser personas de integridad en todas las áreas de nuestras vidas. Que nuestra honradez sea un testimonio de nuestra fe y un reflejo del carácter de Cristo.
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