Modelos de intervención en la consejería Pastoral

Al acercarse al tema de la consejería pastoral y cómo realizar intervenciones fructíferas para las personas involucradas, tanto la persona del consejero como la persona del aconsejado, se siente el deseo de enumerar los diferentes modelos de la consejería clínica. Se podría señalar el modelo psicoanalítico, el que utiliza el análisis transaccional, el enfoque existencialista, la terapia de realidad, el modelo gestalt, y otros. Se recuerda que el consejero1 pastoral generalmente es un profesional de ayuda con adiestramiento limitado para el manejo adecuado de modelos clínicos. Sin embargo, algunos de estos modelos pueden llevarse a modalidades operacionales de aplicación manejables por consejeras sin adiestramientos extensos.

La consejería pastoral es una de las tareas fundamentales en la ejecución de la pastoral. Por lo general, los pastores focalizan con mayor atención su adiestramiento en el manejo de la Biblia y la teología sistemática, especialmente con miras a la predicación. Tareas como la educación cristiana, la consejería pastoral y la administración de la iglesia reciben menos atención en los currículos de las escuelas teológicas.2 

Dada la complejidad de la problemática personal, familiar y social que enfrentan las personas de las iglesias y las comunidades circundantes se requiere adiestramientos especializados para ser efectivos en la labor de consejería pastoral. Aún así, los pastores reciben a muchas personas con situaciones complejas y realizan su tarea tratando de ayudar lo mejor posible con sus limitados recursos. 

La consejería pastoral es el proceso mediante el cual el pastor facilita el entendimiento de la situación conflictiva y dirige al aconsejado en las decisiones de manejo de la misma. Se utilizan los recursos de fe, tales como la oración, la lectura y análisis bíblico y la reflexión en torno a la intervención de Dios en la vida de los creyentes. En ocasiones, hay sobrepeso de los recursos de fe lo que a su vez puede complicar el manejo de las situaciones. La responsabilidad básica está en el aconsejado que es quien toma las decisiones de acción con el apoyo y acompañamiento del pastor. Cuando las decisiones son tomadas por el pastor recae sobre él la responsabilidad. Se reconoce, por lo tanto, que los casos atendidos en consejería pastoral son aquellos donde aún la persona tiene control de su vida, excepto en ocasiones de crisis traumáticas donde el pastor toma control de la situación para proteger a la persona involucrada. 

Es fundamental que los consejeros pastorales reconozcan sus limitaciones en la dimensión clínico-profesional y refieran a otros profesionales, adecuadamente entrenados. El pastor sigue siendo el consejero espiritual aunque refiera a la persona. De esta manera se ayuda a la persona o familia con un equipo multidisciplinario que puede incluir algunos profesionales, tales como doctor en medicina (diferentes especialidades), psicóloga, psiquiatra, terapistas, trabajador social, y otros. 

En el desarrollo del tema «modelos de intervención en la consejería pastoral» se prefiere enfocar en maneras prácticas para atender los tipos de casos que solicitan los servicios de los pastores. Durante los pasados cinco años (1991-95) los estudiantes del curso básico de Consejería Pastoral del Seminario Evangélico han completado un ejercicio diagnóstico al inicio del curso. Este hace un inventario, entre otros temas, de las necesidades específicas en consejería pastoral de las iglesias servidas y sus comunidades circundantes.3 

Se ha encontrado consistentemente la necesidad de atención a 

1) estilos de relación de parejas-matrimonios; 
2) relación padres-madres e hijos; 
3) la problemática del alcoholismo y la drogadicción 
4) atención particular a los adolescentes. 
5) estilos de crianza 
6) cómo enfrentar la crisis 

Todas las funciones del ministerio tienen la meta de aumentar la integralidad del ser humano centrada en el espíritu," por lo cual la atención que se da en consejería pastoral apunta al crecimiento integral de la persona partiendo de su maduración espiritual. Es fundamental trabajar, además, con las interrelaciones básicas del individuo, especialmente en su entorno familiar. 

El tema que nos ocupa será trabajado alrededor de tres subtemas: 

1) Modelo Básico de Intervención (técnica); 

2) Modelo de Consejería Pastoral Integral (contenido) y 

3) Modelo de Grupos de Sostén y Apoyo (técnica). 

I. MODELO BÁSICO DE INTERVENCIÓN (TÉCNICA) 

Para el pastor con poco o ningún adiestramiento en consejería u otra profesión de ayuda. resulta muy útil dominar un modelo básico sencillo para responder a las personas en necesidad que le buscan. Este modelo consta de cinco fases o etapas, tal como se describe a continuación a modo de secuencia típica. 

1. «Rapport» 
Se refiere al clima de confianza, aceptación y confidencia que crea el pastor para facilitar el diálogo. Para crear este ambiente hay que minimizar las barreras físicas, de clase social, de sexo, de edad, de cultura, etc. de tal manera que el aconsejado se sienta comprendido y aceptado. Sólo así podrá verbalizar la situación, tensión o problema que le afecta. Cuando la persona acude espontáneamente, generalmente está lista para expresar lo que le molesta. 

Cuando es algún referido, especialmente si es una niña o un adolescente, la creación del ambiente con máxima receptividad es indispensable. Desde esta fase inicial, la persona que busca ayuda entenderá que acudió al consejero adecuado. La relación de respeto, honestidad y apertura, así iniciada, es la puerta al proceso de ayuda. Su mantenimiento es condición indispensable para que las técnicas de consejería sirvan al ser humano integrando los recursos de fe, donde Dios se hace perceptible en medio de lo que se hace en su nombre y para el bien de la persona en necesidad.

2. Catarsis 
La segunda fase del proceso es la catarsis, cuando el aconsejado comparte lo que le afecta. 
La comunicación catártica incluye la expresión verbal y la gestual-corporal. Generalmente hay fuertes cargas emotivas en esta parte del proceso. El dolor, la angustia, la ansiedad, la desesperación pueden acompañarse de llanto, silencio, expresiones fuertes, y otras manifestaciones. Aquí la destreza básica del pastor en rol de consejero es escuchar con profundidad, con máxima atención. Paul Wilczak5 señala el escuchar como un ministerio. 

Apunta él que esta manera de escuchar con el corazón tiene cinco componentes claves, a saber: 1) simboliza la presencia de Dios; 2) es un acto de amor; 3) hace posible la buena comunicación; 4) se entra al mundo de la otra persona y en las cualidades existenciales de ese mundo; 5) se ayuda a llevar las cargas del otro y así cumplir la ley de Cristo, según Gálatas 6:2. 

En la fase de catarsis el consejero refleja contenidos, ayudando al aconsejado en su proceso de poner fuera de sí lo que le molesta con sus cargas emocionales y existenciales. Es importante, además, que se respete los silencios y se mueva el diálogo con preguntas abiertas. La observación cuidadosa le ayudará a descubrir las cargas emocionales que se reflejan en diversas maneras en los cambios en la voz; la posición de las manos, el rostro y otras partes del cuerpo; los movimientos de los ojos; las palabras cargadas de expresión, etc. 

Resulta clave, también, aceptar a la persona con sentimientos tales como ira, dolor, confusión, y otros. Si la persona se siente juzgada, se protege y se inhibe en la expresión. En ocasiones, una consejera pastoral con poco o ningún entrenamiento afecta el proceso cuando procede con interpretación prematura, sin permitir que la catarsis prosiga hasta vaciar los contenidos básicos de la tensión o problema. Es de ayuda, en esta fase, ofrecer apoyo y cercanía cuando el nivel de comunicación muestra dolor, angustia, y sufrimiento que generalmente se expresa en llanto compulsivo, desesperación y desaliento. La fase de catarsis es fundamental al proceso de consejería, ya que provee los contenidos básicos para trabajar con la tensión o problema. En una entrevista de una hora la catarsis consumirá de 35 a 40 minutos, aproximadamente. 

3. Diagnóstico preliminar 
La tercera fase del proceso es el diagnóstico preliminar cuando el consejero guía al aconsejado a darle nombre al conflicto. La identificación de éste es preliminar, pues trabajando con seres humanos, no es posible hacer diagnósticos finales con facilidad. El llegar a diagnosticar es importante ya que es la base para el plan de acción a desarrollar posteriormente. Un ejemplo de diagnóstico preliminar es -«Parece que tienes dificultad para comunicarte con tu madre». La persona aconsejada aporta al diagnóstico. Indicará si está de acuerdo o no. También debe expresar su propio diagnóstico. Esta fase provee oportunidad para repasar los contenidos básicos de la catarsis. Es iluminador para la aconsejada darse cuenta de lo que comunicó y cómo lo hizo. Es probable que en entrevistas subsiguientes se llegue a otros diagnósticos más precisos, siempre con la participación activa de la aconsejada. 

4. Plan de acción 
La cuarta fase del proceso es el plan de acción. Ya en este nivel se está trabajando con probables maneras de manejar el conflicto desde la persona aconsejada. El consejero guía en el diseño del plan de acción en pasos. Como ilustración, si el probable diagnóstico señalado anteriormente es aceptable, en un caso donde hay problemas de comunicación entre un(a) hijo(a) adolescente con su madre, se procedería así: «Tenemos claro que hay dificultad para comunicarte con tu madre. Examinemos probables estrategias de acercamiento ya que para ti y para ella es importante...». Enseguida, como pastor consejero, debe sugerir algunas estrategias de comunicación. 

Tales estrategias podrían ser: 

1) Repasar su estilo de dialogar; 

2) acercarse a su mamá para dialogar; 

3) pedir a otro miembro de la familia que sirva de facilitador en el diálogo; 

4) acercarse acompañado del pastor; 

5) bosquejar temas a discutir; 

6) reflexionar sobre textos tales como Hebreos 13:16, 1 Juan 4:7-11, etc.; 

7) orar pidiendo la dirección de Dios para acercarse a la madre. Para el desarrollo del plan el consejero orienta y adiestra al aconsejado en la mejor forma de manejar el conflicto. 

Además, está disponible para acompañarle y para revisar las estrategias. Cada estrategia será evaluada identificando las probables consecuencias de cada paso antes de ejecutar el plan. De esta manera la persona aconsejada va examinando, cambiando o fortaleciendo su estilo de manejo de tensiones y conflictos. Se le invita a mantener la apertura a la dirección de Dios en su proceso. 

5. Seguimiento 
La quinta y última fase del proceso es el seguimiento. Es importante ver al aconsejado en entrevistas subsiguientes para verificar el desarrollo del plan de acción. El consejero colabora en la revisión del plan, refuerza el crecimiento y guía en la exploración de nuevas estrategias. 

Generalmente el seguimiento provee el tiempo adicional para profundizar en la problemática y en todo el proceso. El consejero estará disponible para dar apoyo, para confrontar, para estimular, para acompañar a la persona, dependiendo del progreso alcanzado en el desarrollo del plan de acción. El seguimiento también provee para que el pastor autoevalúe su gestión como consejero y para que decida el adecuado referimiento del caso. Se ha encontrado que la falta de seguimiento de los casos ha echado a perder los mismos con la consecuencia negativa de pérdida de confianza en la labor como consejero del pastor, lo cual en ocasiones también afecta su labor como líder espiritual. 

II. MODELO DE CONSEJERÍA INTEGRAL (CONTENIDO) 

¿Cómo se acerca el pastor a trabajar con un caso? ¿Cuáles son las interrogantes que se plantea? ¿Qué visión tiene del ser humano? ¿Cómo se definen las necesidades de la persona? ¿Cuáles son los fundamentos de las decisiones? ¿Qué lugar ocupa la espiritualidad y cómo se define ésta? ¿Cómo se evidencia el crecimiento, la sanidad y la recuperación de la persona en conflicto? Estas y muchas otras preguntas subyacen el proceso de consejería pastoral. 

El ser humano en su particularidad es el contenido fundamental del proceso. El acercamiento a la necesidad expresada de la persona requiere un enfoque integral de trabajo. La persona toda está afectada. Tanto su cuerpo, su mente, su espíritu, como sus relaciones en la familia, en el trabajo, entre sus amigos, y con Dios van a reflejar la situación problemática que le afecta. Entender a la persona como un todo con sus percepciones es básico para guiarle en el proceso de análisis y superación de la tensión. Clinebell señala seis dimensiones interrelacionadas para trabajar los casos. 

Se refiere a: 

1) revitalización del cuerpo; 

2) potenciación de la mente; 

3) renovación y enriquecimiento de las relaciones íntimas; 

4) profundización de la relación con la naturaleza; 

5) crecimiento en relación con las instituciones significativas y 

6) profundización y aumento de la relación con Dios.6 

Un caso en seis dimensiones 
Al trabajar un caso es fácil detectar la interrelación de las dimensiones no sólo en sus efectos sino en el descubrimiento de las mejores maneras de enfrentar la situación. A modo de ilustración se presenta el siguiente caso: 

María es una joven de 17 años que está embarazada de su enamorado, un compañero de la escuela secundaria. La joven es parte de la Iglesia adventista de su barrio, igual que toda su familia que la compone el padre, la madre (de unos 44 años de edad) y dos hermanos varones, uno de 19 y el otro de 15 años. El enamorado no asiste a ninguna iglesia. El padre se conoce por ser muy exigente con sus hijos, especialmente con su única hija. La madre es sobreprotectora y le tiene un respeto temeroso a su esposo. La madre está muy asustada y acude al pastor de la iglesia buscando ayuda. La muchacha está tan afectada que ha hablado de desaparecer junto con su problema. 

Se examinan los efectos del problema en las seis dimensiones. 

1. El cuerpo 
La joven está perdiendo la forma estilizada. Está enferma por los síntomas del embarazo. 
Tiene dificultad para ingerir algunos alimentos. Su salud está en peligro. No puede dormir. 

2. La mente 
La joven está confundida. Hay mezcla de ansiedad y miedo por el manejo de su sexualidad. 
No se concentra en sus estudios. Está deprimida. La madre está llena de miedo y vergüenza. 
¿Qué pasará cuando el esposo se entere del asunto? 

3. Relaciones 
Está afectada la relación entre la joven y el enamorado, y entre ella y la madre. También están afectadas las relaciones entre el joven con Maria, la de la madre con su esposo e hijos por encubrir la situación, etc. Dependiendo de las expectativas familiares esta joven podría enfrentar rechazo y abandono. 

4. Instituciones 
Hay tensión con respecto a la familia extendida, a la iglesia, a la escuela, a la comunidad. 
¿Cómo reaccionarán cuando conozcan lo del embarazo? Probablemente esta joven será rechazada por personas de la iglesia, de su propia familia extendida. Su mundo relacional recibirá el impacto de lo que para algunos es una violación a las expectativas éticas. Toda la familia, especialmente la madre, podrían enfrentar sentimientos de vergüenza; ser acusada de no proteger a su hija, de no enseñar controles en el manejo de la sexualidad, etc. 

5. Naturaleza (creación) 
El proceso de co-creación se está dando en el cuerpo de la joven. ¿Será el aborto, como mecanismo de interrupción del embarazo no deseado, una solución? ¿Qué implicaciones fisiológicas, psicológicas y espirituales tiene esta acción? La posibilidad de que la joven busque morir al enfrentar la vergüenza y el rechazo es una amenaza a dos vidas. 

6. Dios 
¿Dónde está Dios en medio de la tensión? La teología de la participación humana en la co-creación está ensombrecida. ¿Por qué sufre una familia dedicada en su búsqueda de Dios? 

¿Cuáles serán las soluciones al conflicto en armonía con la voluntad de Dios? ¿Cómo percibir la voluntad de Dios? 

Como se ha afirmado, la persona es un todo. Clinebell afirma que la dimensión espiritual es el centro no sólo del conflicto sino de la búsqueda de solución. Estamos de acuerdo con este autor, en que para ayudar a esta joven, a su familia, a la iglesia y aún a la escuela hay que visualizar el lodo atendiendo a las partes y la dinámica interrelacional entre las mismas. El modelo de trabajo integral (holístico) focalizará el proceso desde la joven y su familia inmediata. 

Se enumeran a continuación temas para trabajar el caso: 

1) El valor de la persona-Dios la acepta y la ama, pues el ser humano es siempre valioso sin importar su condición en un tiempo dado. 

2) La sexualidad humana es un componente bueno y hermoso; es regalo de creación, es profunda comunicación entre dos personas que se aman. 

3) El manejo inadecuado de la sexualidad acarrea dolor y conflictos entre las personas involucradas y sus familias. 

4) El aborto como solución, es problemático para los cristianos pues entra en conflicto con el aprecio y valorización de la vida humana, especialmente la del feto, la criatura más indefensa y vulnerable. Además, hay efectos insospechados sobre la psiquis de la joven, sobre su equipo reproductivo y sobre el manejo futuro de su sexualidad. 

5) La espiritualidad de la joven, la conceptualización teológica con sus implicaciones es un tema fundamental a trabajar. 

6) El cuerpo de la joven, la atención médica, la nutrición, el descanso, la distracción, etc. 

7) El sistema de apoyo familiar - cómo la madre, el padre, los hermanos y otros parientes cercanos son orientados y estimulados a apoyar y acompañar a la joven. 

8) El joven padre de la criatura requiere atención para que acepte su responsabilidad en el embarazo. 

9) La posibilidad de matrimonio de estos adolescentes requiere un examen cuidadoso pues probablemente surjan más conflictos que el que se pretende resolver. 

10) El estilo de relación de los padres de la joven sugiere disfuncionalidad - ¿Cómo este papá maneja la autoridad en su familia? ¿Qué lugar ocupa Dios en su esquema? ¿Cómo se utiliza la Biblia? 

11) Las etapas de desarrollo humano - la conducta de los adolescentes y su relación con la presión de los pares es otro tema. 

12) La participación de la escuela en la educación sexual - ¿Cuál es el manejo de la sexualidad practicado en la comunidad estudiantil? ¿Qué modelaje al respeto ha habido en la comunidad circundante? 

13) La participación de la iglesia en la educación sexual. 

Afirmamos que todo lo que afecta al ser humano es tema eclesial. La exploración entre la sexualidad, la maternidad, la paternidad y las teologías verbalizadas y vividas en la comunidad eclesial son importantes para el adecuado manejo de casos como éste. 

14) El suicidio como amenaza a la vida en respuesta a la depresión y la vergüenza requiere atención. ¿Cómo maneja la iglesia cristiana este tema? ¿Cuál es la teología que subyace su manejo? 

15) La integralidad del ser humano junto al entendimiento sistémico de la familia es un tema a trabajar para que todas las personas involucradas se sientan aceptadas con sus sentimientos, con las distintas formas de percibir el conflicto y sobre todo que se den cuenta que son parte de la solución. 

El trabajo de casos utilizando el modelo integral requiere más tiempo. De igual manera el enfoque multidisciplinario, donde otros profesionales colaboran en el proceso, produce un crecimiento más profundo y de mayor alcance no sólo en la persona sino también en su entorno relacional. Así la vivencia cristiana se va integrando a los estilos de vida de familias e instituciones. 

III. MODELO DE GRUPOS DE SOSTÉN Y APOYO (TÉCNICA) 

Luego de varios años en que los consejeros cristianos han estado utilizando la modalidad o conjunto de técnicas en grupos de sostén y apoyo, se afirma el valor de la misma como recurso de cambio y crecimiento para las personas participantes. Para la iglesia, que precisamente es comunidad sanadora, los grupos de sostén y apoyo tienen un valor incalculable. El pastor que se adiestra en esta modalidad y desarrolla otros líderes en la misma puede multiplicar los efectos positivos de la consejería pastoral. ¿Qué son los grupos de apoyo y cómo se organizan? 

Características 

Los grupos de apoyo están formados por ocho a doce personas, en reuniones regulares, generalmente dos horas semanales, para crecimiento personal y ayuda mutua. Los grupos son de carácter preventivo y restaurativo. Se orientan a trabajar con relaciones humanas, con pensamientos y sentimientos y, muy especialmente, para mover el proceso de auto-conocimiento a los fines de descubrir los recursos internos de la persona para manejar su vida en forma satisfactoria y de progreso hacia la realización de las metas de vida. Los recursos de fe como la oración y la reflexión bíblica son parte importante del proceso.

Los grupos de apoyo son para personas relativamente saludables emocionalmente, que aún mantienen el control de sus vidas y toman las decisiones. Aunque todas las personas necesitan ayuda de otras personas no todas pueden pertenecer a grupos de apoyo. 

La participación es voluntaria. Se señalan cinco características mínimas para participar en grupos de sostén y apoyo: 
1) aceptar la capacidad de crecer de las personas; 
2) entender y aceptar lo que dinámica significa en este contexto (la fuerza del grupo para ayudar a la persona); 
3) deseos profundos de ayudar a otros; 
4) enfoque de vida hacia el dar más que el recibir, pero con apertura a recibir; y 
5) entender, aceptar y vivir las reglas de juego de sostén y apoyo como sistema, como modalidad de trabajo con personas. 

Los grupos pueden ser de personas que tienen situaciones comunes como, por ejemplo, jóvenes (edad), viudas (status civil), madres (etapas), entre otros. Pero también pueden formarse de personas en diferentes etapas de desarrollo y situaciones de vida, lo cual enriquece la dinámica. Como se ha afirmado antes, el proceso del grupo de apoyo ayuda a la persona a descubrir y utilizar sus recursos internos para enfrentar y manejar crisis y mover su auto crecimiento. La dinámica mueve a cada cual a exponer contenidos personales al grupo. 

Las reglas de juego mínimas son: 

1) Completa confidencialidad en contenido. Ninguna información personal puede salir del grupo. 

2) Los asuntos se tratan sólo en grupo constituido, lo cual implica que dos participantes no podrán conversar los asuntos entre sí. Esto evita los comentarios al margen que pueden distorsionar el proceso y la información. La persona dueña del contenido sigue siendo libre para hablar con quien desee. 

3) Cada participante mantiene la libertad de callar, preguntar, no contestar preguntas. Se estimula la participación pero se respeta el silencio de las partes. 

4) Cada cual se compromete a crear y mantener un clima de confianza, de respeto donde se comparten problemas, conflictos, preocupaciones, miedos, planes, etc. 

5) El grupo acepta sentimientos distintos como coraje, ira, rencor, expresión de dotor, alegría, complacencia, etc. de la persona en foco en un momento dado. El manejo de sentimientos es clave en los grupos de apoyo. 

6) Se mantiene la libertad de abandonar el grupo, con el compromiso de integridad de no compartir contenidos. Luego de discutidas, ilustradas e internalizadas las reglas de juego, se firma el Pacto de Participación. Para trabajar con grupos de apoyo se sigue la técnica básica de intervención, presentada anteriormente. 

Liderazgo 
El grupo de sostén y apoyo requiere líderes bien adiestrados. 

Gerald Corey identifica las competencias mínimas para ser líder. 

1) Esta persona modela los principios ya señalados. 

2) Domina las técnicas claves de consejería y las aplica en su estilo de vida. 

3) Está disponible para autoevaluarse y se expone al control. 

4) Es estable emocionalmente sin que esto implique incapacidad para hacerse vulnerable como ser humano. 

5) Está presente emocionalmente al identificarse con todos los sentidos en el proceso. 

6) Está alerta para darse cuenta no sólo de la comunicación verbal, sino de la gestual y de la omitida por el silencio. 

7) Es una persona sincera, que tiene genuino interés en los demás. 

8) Es auténtica, congruente y honesta. 

9) Cree en los procesos de grupo. Valida a los seres humanos en sus esfuerzos de cambio y crecimiento. 

10) Es entusiasta, motivadora y creativa con buena energía psicológica. 

11) Es una persona centrada, con valores claros y proyección de vida saludable.7 

Es importante señalar que los grupos de sostén y apoyo no son grupos de terapia según se conceptualizan en los modelos clínicos que requieren personal altamente adiestrados como psiquiatras, psicólogos, o terapistas psiquiátricos. Para los grupos de sostén y apoyo una pastora, un trabajador social, una maestra, un enfermero, una doctora en medicina, un oficinista, etc. bien adiestrado, puede servir de líder. La manera de iniciar el proceso de adiestramiento es participando de un grupo de apoyo, donde generalmente la persona coteja si su equipo humano es adecuado para este tipo de liderato. Es indispensable participar de adiestramiento formal con práctica para conocer las destrezas, examinar actitudes y dominar contenidos esenciales para ser efectivo como líder de grupo de apoyo 

Ogden y Schoeninger identifican tres roles básicos y sugieren otros dos opcionales. Los básicos son el facilitador o líder, la persona en foco y los demás que apoyan. Los opcionales son observador de proceso y observadora teológica. Estos intervienen para interpretar lo que está ocurriendo en la dinámica.® Se recuerda además, que el grupo se sienta en círculo creando un clima egalitario entre los participantes. Podrían sentarse alrededor de una mesa. 

El lugar de reunión deberá ser privado, donde no hay interrupciones, con buena luz y ventilación. En ocasiones el ambiente físico echa a perder la dinámica. 

Principios Teológicos 

El grupo de sostén y apoyo examinará principios teológicos claves como base a su tarea. 

1) La afirmación de que cada persona es única y de que su valor es don de Dios por creación. En cada una está la imagen de Dios. El grupo reflexionará en torno a textos tales como Mateo 6:25-33; 10:28-33. 

2) La identificación de propósito para la vida del ser humano, pues Dios quiere que cada cual se realice. Filipenses 2:12-13 apunta en esta dirección. 

3) El descubrimiento funcional de la relación entre fe y obras implicando acción como respuesta a lo que se cree. Santiago 2:14-16 aporta a este principio. 

4) El asumir el riesgo de cambio, de crecimiento confiando en la gracia de Dios, en su don para con su más completa criatura, el ser humano. Efesios 2:4-10 ayuda en esta clarificación. 

5) El entendimiento de que Dios por su Espíritu asiste al ser humano en la reflexión de sentimientos y pensamientos negativos y dolorosos lo cual es necesario para moverse a una mayor realización. 1 Corintios 2:9-13 aporta a este entendimiento. 

6) La comprensión de la interdependencia humana donde se evalúan los efectos de las relaciones, especialmente de las cercanas que entran en la intimidad de la persona. 1 Juan 2:7-14 ayuda en la reflexión de este principio.9 

Riesgo y promesa 
Como toda modalidad de trabajo con personas es necesario estar consciente de riesgos. 

1) La dinámica es un catalítico para producir cambios por lo cual afloran sentimientos hostiles que puede provocar una confrontación destructiva. 

2) Según los participantes van alertándose de estilos de vida que los afectan van a moverse al cambio, lo que puede desembocar en turbulencia en la familia. Por ejemplo, la esposa sumisa, dócil que cambia a persona asertiva evocará resistencia en el esposo, lo cual puede llevar a violencia y divorcio. 

3) La presión del grupo puede llevar a un componente más allá de donde el líder puede maneiar adecuadamente, creando una situación de destape sin la provisión para atender la situación. 

4) La confrontación puede utilizarse en forma destructiva. Esta es una herramienta valiosa en el proceso de grupo pero hay que manejarla con cuidado. Sólo se han mencionado cuatro riesgos aunque se puede pensar en otros más. 

Los peligros se minimizan con líderes bien adiestrados, con continua clarificación de las reglas de juego, y con un pacto de participación claro. Se recomienda además contar con un asesor profesional para consultar situaciones y referir casos. El grupo debe saber que se tiene tal recurso de asesoramiento. 

Es importante señalar además que los grupos mantienen sesiones de adiestramiento, donde se aprenden técnicas de trabajo. Modalidades clínicas como el análisis transaccional pueden simplificarse para que grupos sin adiestramiento especializado las manejen. Nuestra experiencia con este enfoque en particular ha sido muy positiva. El continuo adiestramiento del grupo, la tematización de los problemas que enfrentan y las sesiones de dinámica (casos reales partiendo de los participantes) van madurando al grupo en el proceso de ayuda a las personas. 

La modalidad de grupos de sostén y apoyo enriquece la vida de la iglesia, profundizando en el -cuidado que los hermanos se tienen unas a otros. La hermandad, el acompañamiento y la solidaridad alcanzan niveles insospechados que mejoran la calidad de vida de las familias. Las personas aprenden a manejar sus crisis, a entender la conducta del otro con mayor asertividad y consideración. La sanidad integral del ser humano en su entorno relacional se mueve adelante aportando a lo que es una de las grandes metas de la iglesia en su servicio a las personas. 

1 En este trabajo se utiliza vocabulario inclusivo de la manera siguiente: Unas veces se usa el género masculino para todas las personas y en otras el femenino de igual forma.
2 Un ejemplo de lo señalado es el currículo de la Maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico (SEPR) que requiere 30 créditos en Biblia y Teología Sistemática y sólo 6 en Consejería Pastoral y Capellanía. Un solo curso requisito en Consejería se limita a introducir técnicas y contenidos básicos en la disciplina. 
3 Más del 85% de los estudiantes de la Maestria en Divinidad del SEPR son pastores o asociados cuando están matriculados en el curso en su segundo año de estudios. 
4 Howard Clinebell, Asesoramiento y cuidado pastoral: Un modelo centrado en la salud integral y el crecimiento (Buenos Aires: Nueva Creación, 1995), cap. 2. 
5 Paul Wilczak, «Listening as ministry» Marriage and Family Living, 1980. 
6 Clinebell, op. cit., p. 35. 
7 Gerald Corey, Theory and Practice of Group Counseling (Pacific Grove: Brooks Cole Publishing, Co., 1985), pp. 39 43. 
8 James Ogden y Douglas Schoeninger Life Support Systems (Valley Forge: Valley Forge Press, 1975), p. 25. 
9 Ibid, Apéndice I. 

Este artículo fue publicado originalmente por: Schipani, D. S. J., Pablo A. (1997). Psicología y consejo pastoral : Perspectivas hispanas (51). Decatur, Georgia.: Libros Asociación para la Educación Teológica Hispana.

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