Cómo superar las dificultades en el matrimonio

¿Alguna vez escuchó algo sobre el divorcio? “No amo más, no siento más nada por él o por ella”. 

Muchas parejas se sientan a la misma mesa, duermen en la misma cama, van a la misma iglesia, pero están emocionalmente separados. ¿Qué lleva a esta situación? ¿Hay solución? 

INTRODUCCIÓN

El sabio Salomón escribió mucho sobre el amor. Él dice 
“Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor” (Cantares 8:6).

“Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían” (Cantares 8:7).

El apóstol Pablo recomienda: “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas” (Colosenses 3:19). 
“…que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos…” (Tito 2:4). 

Leamos Efesios 5:22-23


1. Tomando como base el inicio del versículo 22, ¿cuál es el mandato bíblico para la esposa con relación al marido?
2. ¿Cómo esa actitud puede minimizar las dificultades en el matrimonio?
3. De acuerdo con el final del versículo 22, ¿Cuál es el patrón que, si fuera seguido, evitaría extremos de ambos lados?

Para pensar:
“Cuando los maridos exigen de sus esposas una sumisión completa, declarando que las mujeres no tienen voz ni voluntad en las familias, sino que deben permanecer sujetas en absoluto, colocan a sus esposas en una condición contraria a la que les asigna la escritura. Al interpretar esto así, atropellan el propósito de la institución matrimonial…” y más adelante leemos: 
‘Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis desapacibles con ellas. ¿Por qué habría de ser un marido desapacible con su esposa? Si descubre que ella yerra y está llena de defectos, un espíritu de amargura no remediará el mal’.” (HC, 101).

Pensemos:
1. ¿Qué espera Dios del marido, con relación a su esposa? Versículo 25.
2. ¿Cuál debe ser la intensidad de ese sentimiento?

Para pensar: 
“Dios ordenó que hubiese perfecto amor y armonía entre los que asumen la relación matrimonial. La esposa ha de respetar y reverenciar a su esposo, y el esposo ha de amar y proteger a su esposa” (HC, 88).

III. APLICANDO EL TEXTO

“Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama” (Efesios 5:28). 
¿Cómo ocurre eso? ¿No son dos personas?
1. Cuando uno de los cónyuges imagina (o cree) que el amor se acabó, ¿qué hay que hacer?

Para pensar: Es necesario entender que el amor no es un sentimiento, es una decisión. 

Cuando una amistad se rompe, no significa que el amor se terminó, podrá ser erguido nuevamente en el momento en que se decida dar otra oportunidad al cónyuge. Tiene que volver a decidir amar ¡cómo en el inicio del noviazgo!

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