Sé como deseas que hijo sea - Padres entrenados

Todos los padres quieren hijos que sean disciplinados, responsables y amables. Pero no sucede por casualidad. Se necesita un liderazgo parental efectivo.

El Manual de campo del Ejército tiene una lista de habilidades necesarias para liderar, motivar e inspirar a otros.

No es tan diferente de lo que se necesita para ser un padre efectivo.

• Conócete a ti mismo y busca la superación personal.
• Sé competente técnica y tácticamente (es decir, aprende estrategias de éxito para la educación de los hijos).
• Busca y asume la responsabilidad de tus acciones.
• Toma decisiones acertadas y oportunas.
• Da el ejemplo.
• Conoce a tus soldados (niños) y cuida su bienestar.
• Mantén a tus soldados (niños) informados.
• Desarrolla un sentido de responsabilidad en tus subordinados (hijos).

Tú eres la clave para criar hijos responsables. Es probable que ellos se conviertan en la persona que eres. Por eso, su desarrollo debe comenzar con tu autodesarrollo. 
En el ejército esto se conoce como SER, SABER y HACER.

• SER tiene que ver con tu carácter, moral y comportamiento ético.
• SABER se refiere a la información necesaria para alcanzar los estados finales acerca de ti, de las personas involucradas y de la situación.
• HACER es la capacidad de proporcionar liderazgo que dirige, implementa y motiva.

Y todo comienza con lo que yo llamo el ABC de la educación de los hijos: actitud, (Behavior) comportamiento y compromiso.

ACTITUD

¿Cómo te sientes acerca de ser un padre o una madre?

Amar a un niño y sentirse entusiasmado con la educación de los hijos no surgen automáticamente en todos los padres cuando se corta el cordón umbilical.

Algunos comienzan el proceso de educación de los hijos con grandes esperanzas, pero se desalientan al encontrarse con la abrumadora realidad el niño requiere atención las 24 horas del día, los siete días de la semana, los 365 días del año. Otros experimentan una actitud de montaña rusa: en un momento están arriba, y al siguiente minuto, abajo, dependiendo de lo que esté sucediendo en el hogar. Pero independientemente de tu actitud actual, si eres como la mayoría de los padres, siempre hay espacio para mejorar.

Tu actitud influirá sobre tu comportamiento. También afectará tu compromiso con tu familia. Entonces, sé honesto al elegir una de las cinco opciones que presentamos a continuación, la que mejor representa como te sientes con respecto a la educación de tus hijos.

Mi actitud hacia la educación de los hijos
1. Me siento optimista y con ganas de aprender. Disfruto el reto de proveer para las necesidades de mi hijo.
2. Siento que está bien tener hijos, pero hay más en la vida que ser padres.
3. Me siento desanimado cuando me esfuerzo mucho y mis hijos no responden como quisiera.
4. A veces me siento como un fracaso y desearía nunca haber tenido hijos.
5. A veces me he sentido como todo lo anterior.

Si has elegido la respuesta número 1 y te sientes optimista, estás en tu camino hacia el éxito. Disfrutarás del desafío de poner en práctica las estrategias de éxito que aprenderás en el campo de entrenamiento.

Si has elegido la respuesta número 2 y sientes que hay más en la vida que la educación de los hijos, probablemente andes bien. Pero ¿por qué conformarse con una relación promedio con tu hijo cuando podrías tener una relación dinámica? Con un poco de entusiasmo y algunas ideas creativas, puedes convertir tu experiencia familiar chata en una experiencia rica y significativa. ¡Sigue leyendo!

Si has elegido la respuesta número 3 y te desanimas cuando las cosas no funcionan, es posible que tengas metas poco realistas para ti y tus hijos. Tienes que darte cuenta de que los niños son niños. Pero con las habilidades adecuadas, puedes enseñar efectivamente a los niños a convertirse en adultos responsables.

Si has elegido la respuesta número 4 y te sientes como un fracaso o desearías nunca haber tenido hijos, necesitas aliento y una red de amigos y familiares que te ayudarán cuando las cosas parezcan abrumadoras. La educación de los hijos es una responsabilidad tremenda, pero con una capacitación básica puedes aumentar tu efectividad y encontrar respuestas a los problemas a medida que avanzas.

Si has elegido la respuesta número 5 y experimentas varias de estas actitudes, sigue buscando nuevas ideas que se ajusten a tu filosofía de educación y ponlas en práctica.

Sigue pensando positivamente. ¡Puedes tener éxito!

¿Por qué es importante la actitud?

Si te sientes desanimado y a veces, le molesta la abrumadora responsabilidad de cuidar a tu hijo, tu actitud negativa afectará tu comportamiento y, en ocasiones, hará que seas severo y crítico o retraído e indeciso.

Una actitud optimista, coronada con un toque de entusiasmo y humor, puede ayudarte en los momentos difíciles. Una actitud positiva no aliviará los problemas, pero te ayudará a enfrentarlos y a tener el valor y la determinación para encontrar soluciones.

Liz, por ejemplo, describió a sus hijos como "constantemente enfrentados". A causa de su frustración, ella gritó y castigó, pero las peleas continuaron. "Es inútil", se lamentó ella. "Ya no puedo soportarlo". Liz se desanimó, y temía volver del trabajo a casa. En poco tiempo, su actitud y comportamiento negativos se reflejaron en el comportamiento de sus hijos, haciendo la convivencia con ellos aún más difícil.

Kristi, por otro lado, consideró la rivalidad de sus hijos como un desafío. Estimó que era normal que ocurrieran algunas disputas, pero no le gustaba la pelea. Entonces se involucró más; cada vez que se desataba una pelea, ella decía con calma: "Pelear no funciona. En lugar de eso, digan algo bueno sobre el otro". Luego, cuando las emociones se enfriaban, agregaba: "Ahora díganse lo que quieran y piensen una forma en la que los dos salgan ganando. Es mejor que lo resuelvan ustedes mismos, porque si tengo que resolverlo yo, es probable que ninguno de los dos quede con-tento". Si no podían aportar ideas para lograr un arreglo, ella ofrecía algunas sugerencias. Los motivaba aún más a resolver sus conflictos al decirles lo que planeaba hacer:

"Si lo resuelvo yo, guardaré el juguete para que ninguno de ustedes pueda jugar con él"

No les tomó mucho tiempo a sus hijos darse cuenta de que lo mejor era resolver los problemas entre ellos. La actitud positiva de Kristi la ayudó a dedicar el tiempo y la energía adicionales necesarios para enseñar a sus hijos el valor de lograr acuerdos.

Actitud hacia uno mismo

Tu actitud hacia ti mismo y tu situación de vida se reflejarán en tu actitud hacia tus hijos. Si disfrutas de ti mismo y de las decisiones que tomas, si estás contento con tu estilo de vida, con tu cónyuge y con tus responsabilidades, y si los que te rodean te hacen sentir que eres agradable, competente y significativo, entonces será más fácil para ti tener una actitud saludable hacia la educación de los hijos.

Las actitudes tienen un efecto de goteo. Primero, debes descubrir qué es lo que te hace sentir bien, te da energía y hace que tu corazón cante. En segundo lugar, debes to. mar decisiones diarias para incluir estas cosas en tu vida, Tercero, debes estar agradecido y en paz con el lugar en la vida en que te encuentras. Cuando hagas estas tres cosas, encontrarás que te sientes mejor acerca de tu rol parental.

Aquí está el problema: muchos padres simplemente transitan por la vida. Enfrentan un desafío de crianza tras otro, sin ponerse en contacto con sus sentimientos.

Ellos solo existen en lugar de realmente vivir. Si esto te suena, prueba lo siguiente:

1. Descubre tu propósito en la vída. ¿Qué características únicas tienes que pueden hacer una diferencia en el mundo y la vida de los demás? 

Aquí hay algunas ideas:
• Haz que los demás se sientan protegidos, seguros, confiados o capaces.
• Alienta, motiva e inspira a otros a alcanzar su potencial,
• Levanta el ánimo de los demás dándoles ánimo y optimismo,
• Ilumina la habitación con una sonrisa.
• Ayuda a los demás a sentirse valiosos escuchándolos y pasando tiempo juntos.
• Haz que los demás rían y sean felices.
• Ayuda a otros a aceptarse y sentirse bien consigo mismos.
• Anima a otros a experimentar una salud óptima.
• Provee para las necesidades de tus hijos y sé un cónyuge amoroso y solidario.

2. Fórjate una visión del tipo de padre que quieres ser. ¿Cómo quieres que tus hijos te vean? Considera estas posibilidades:

• Como alguien agradable con quien compartir la vida (feliz, tonto por momentos, disfrutando de la vida, espontáneo, optimista, alegre, relajado).
• Como un líder efectivo del hogar (organizado, guardián de rutinas y tradiciones, encargado de hacer cumplir las reglas).
• Siempre disponible cuando es necesario (confiable, buen oyente, dispuesto a pasar tiempo juntos y a compartir actividades con los niños).
• Como un proveedor (hace buenos planes para la familia; tiene recursos para satisfacer las necesidades; es trabajador; tiene dinero para eventos significativos, vacaciones y beneficios especiales).
• Como alguien con talento (artístico, musical, artesano hábil, buen cocinero, atlético).
• Otro (escribe ideas aquí)

3. Haz elecciones que te permitan ser ese tipo de padre.
No trates de ser todo para tus hijos. De ese modo, crearás el escenario para el fracaso. ¡No existen los padres perfectos!

4. Sé amable contigo mismo. Trabaja hacia tu ideal, sabiendo que todos cometemos errores e incluso los mejores planes a veces se descarrilan. Descubre qué te hace sentir bien: una ducha, un baño en la bañera, leer un buen libro, escuchar música, tocar el piano, pintar un cuadro, comer alimentos saludables, ¡y hazlo!

5. Descubre qué es lo que te molesta y planifica tu vida de tal manera que mantengas esas cosas al mínimo.

Algunos ejemplos:
• Una casa sucia, desordenada y desorganizada que hace que no puedas encontrar cosas, que no puedas concentrarte en lo que realmente quieres hacer o que te haga sentir culpable.
• Vivir apurado debido a tomar demasiados compromisos, a interrupciones inesperadas, a falta de planificación; o sentirte culpable cuando llegas tarde.
• Estar cansado por no cuidarte a ti mismo, no dormir lo suficiente, no comer bien, no hacer ejercicio, intentar hacer demasiado; o sentirse culpable cuando no cumples con tus propias expectativas.
• El ruido y la confusión causados por las disputas de los niños, por los ruidos de la televisión o la radio, por no tener un momento de silencio para las devociones, porque los niños que no tienen un espacio de juego separado; o no poder salir al aire libre debido al clima.
• La crítica, que desencadena el rechazo, los sentimientos de inadecuación, culpa, inutilidad y fracaso.
• Falta de aprecio cuando las personas dan por sentados tu presencia y tu aporte, esperan cosas de ti sin preguntar o respetar tus derechos, o no te dan las gracias.
• Otras cosas que te hacen estallar:............

6. Enseña a tus hijos cómo quieres que te traten. La ma yoría de los padres quieren ser tratados con respeto, amor, amabilidad, cortesía, gentileza, franqueza y honestidad. Sé honesto con tus hijos acerca de tus necesidades emocionales sin hacer que se sientan culpables ni esperar que "se hagan cargo" de ti.

Hazles saber qué es lo que pueden hacer para alimentar tu alma. Enséñales a llenar tu corazón, tal como tú llenas el de ellos.

Cómo ser más positivo

1. Cuida tus emociones. Eres como un contenedor de emociones. Cuando te mantienes lleno de emociones positivas, no hay mucho espacio para las negativas. ¡Cuantos más sentimientos negativos tengas dentro de ti, más difícil será hacer que se vayan!

No puedes controlar el primer impulso de tus emociones, como la primera oleada de ira o miedo. Pero puedes controlar cómo reaccionarás. No tienes que gritar y abofetear a tu hijo solo porque estés molesto. No necesitas entrar en pánico cuando tienes miedo.

Una emoción negativa es como un sistema de alarma que te indica que algo está mal. Debes decidir qué harás al respecto para no tener que seguir experimentando esa emoción. Por ejemplo, si estás ansioso porque es tarde y tu hija no está en casa, no necesitas sentir ansiedad cada vez que ella esté afuera. Puedes prevenir la ansiedad en el futuro si estableces una norma por la cual ella debería estar en casa a cierta hora, o debería llamar si va a llegar tarde.

Luego, si llega tarde, ensaya en tu mente cómo vas a reaccionar para que puedas transmitir tu mensaje con una voz normal, sin que ella se sienta rechazada y avergonzada.

Puede haber ocasiones en las que necesites elevar tu voz para captar la atención de tus hijos, pero no lo hagas con ira. Y asegúrate de explicar que elevaste tu voz para poder comunicar un mensaje muy importante y no lograste descubrir de qué otra manera llamar su atención.

No quieres que tus hijos se sientan culpables, pero sí quieres que escuchen. Entonces asegurate de que se sientan bien consigo mismos y contigo.

A pesar de que generalmente te sientes bien contigo mismo, habrá ocasiones en las que sentirás que tu espíritu se hunde. Cuando eso suceda, respira hondo, sonríe y prueba estas sugerencias:

1. Comienza tu día alabando al Señor, dándole un abrazo y un beso a tu cónyuge, felicitando a tus hijos y pensando en algo positivo o algo que te haga reír. Mantenerte lleno de emociones positivas, como la paz, la alegría, la felicidad, el contentamiento y el amor, te ayudará a manejar mejor las emociones negativas que experimentarás ocasionalmente.

2. Vive un estilo de vida saludable. Cómo te sientas físicamente afectará cómo te sientes emocionalmente. No puedes comer alimentos poco saludables, tomar bebidas con cafeína, consumir azúcar en exceso, medicarte con pastillas para dormir y estimulantes para vivir, ser un adicto la televisión y esperar sentirte bien. Es tu deber aprender todo lo que puedas sobre cómo funciona tu cuerpo y las cosas que producen un estado de ánimo deprimido.

Una de las mejores cosas que puedes hacer por tu actitud mental es realizar una caminata rápida de treinta minutos bajo el sol todos los días. Te sorprenderás de cuánto mejor te sentirás física y emocionalmente. Y cuando los niños están colmando tu paciencia y crees que no puedes sobrellevarlo, pon un lindo DVD de ejercicios aeróbicos Y anima a los niños a ejercitarse contigo. El ejercicio libera endorfinas en el torrente sanguíneo y te proporciona un bienestar natural.

3. Enumera tus bendiciones. Practica mirar el lado positivo de la vida. Las bendiciones vienen en todos los tamaños. Si buscas, puedes encontrar aspectos positivos en cosas que otros podrían considerar negativas. Por ejemplo, cuando tu bebé deja caer su plato de comida en el suelo, di: "¡Al menos no era buena porcelana!" Sé agradecido por haber podido tomar una siesta de al menos cinco minutos, aunque hayas preferido una de una hora. Y alaba al Señor por un marido que llega a casa, incluso si llega tarde. Agradece al Señor por darte el increíble regalo de los niños y el increíble privilegio de amarlos, protegerlos y formarlos.

4. Observa lo bueno en tu hijo y sé rápido para mostrar aprecio. Cada niño, sin importar lo difícil que sea, tiene algunas características positivas. Pero generalmente son los dos o tres rasgos negativos los que parecen llamar la atención de los padres. Nota los buenos. Refuérzalos con una palabra de agradecimiento, y es probable que veas más de esos rasgos positivos. Hazte el hábito, cada noche al ir a la cama, de decirle a tu hijo: "Esto es lo que más me gustó de ti hoy". Debes buscar las cosas buenas para tener algo diferente que decirle a tu hijo todos los días. Y mientras lo haces, felicítate a ti mismo cuando lo mereces.

5. Mantente optimista sobre el futuro. ¡Recuerda, los niños no se mojarán los pantalones ni se chuparán el dedo para siempre! ¡Ellos crecen! A menudo, los problemas de los que se quejan los padres son simplemente comportamientos típicos de los niños en las diferentes etapas de la vida. No te rindas. Puedes encontrar respuestas. Confía en que Dios coloca las respuestas dentro de ti para darte todo lo que necesites para lo que vendrá.

Deja de sentirte como un fracaso, solo te hará sentir culpable y sin valor. Pasa del temor y el desaliento a una actitud de anticipación y aventura. Intenta algo. Si no fun-ciona, intenta otra cosa. Y si aún te sientes como un fracaso, sé optimista. 

Recuerda a Thomas Edison, quien probó más de diez mil experimentos antes de crear la bombilla eléctrica con éxito. Cuando se le preguntó cómo se sentía respondió. "No he fallado. Acabo de encontrar diez mil formas en las que no funciona" Toma esa actitud. Cuando las cosas no salen como esperabas, di: "Acabo de descubrir algo que no funcionó".

Luego, intenta de otro modo.

6. Deja que las promesas de Dios te alienten. Cree que Dios tiene un plan para tu vida y que tus hijos son una parte vital de él. Cuando experimentes un día difícil y te preguntes si tienes la energía para afrontarlo, recuerda que Dios dijo en Jeremías 29:11 que él tiene buenos planes para ti, para darte un futuro y una esperanza.

7. Proporciónate un guion positivo. Dite a ti mismo:

"Dios está usando a mis hijos de una manera increíble para moldearme y hacerme una persona mejor". Luego mira hacia adelante con expectativa en lugar de mirar hacia atrás con remordimiento.

Disciplina positiva

Lo más probable es que tu actitud respecto a la educación de tus hijos se refleje en la forma en que los tratas, especialmente cuando intentas instruirlos en el camino en el que quieres que anden (Proverbios 22:6). Puedes usar palabras y métodos negativos, o positivos. Aquí hay un ejemplo: digamos que tus hijos están gritando en el auto y tú quieres que dejen de hacerlo. Sin pensarlo, la mayoría de los padres usan un tono de voz negativo y dan una orden negativa, tal como "No griten en el auto". Cuánto mejor es decir algo positivo en un tono positivo que les comunica a los niños qué comportamiento es apropiado: "Usen sus voces suaves en el auto y sus voces fuertes afuera". O "Por favor, hablen un poco más suave para que pueda escuchar la radio. Gracias".

O simplemente diga: "Cuando sean amables entre ustedes seguiré conduciendo, pero hasta entonces me detendré".

Cuando tu hijo interrumpe, puedes sentirte tentado a decirle: "No interrumpas", pero eso no le dice al niño que hacer, solo lo que no debe hacer. Trata de decir amablemente: "Estoy hablando ahora. Puedes hablar cuando termine". Esta es una frase mucho más positiva. O di: "Cuando quieras mi atención, en lugar de interrumpir, si me pones la mano en el brazo para avisarme que quieres decir algo, tan pronto como pueda te daré tu turno".

Si eres como la mayoría de los padres, cuando tus hijos pidan algo, usarás la palabra no más a menudo que la palabra que sí. Cuando los niños crecen con demasiadas no, se enfrían sus espíritus y el hogar termina teniendo un ambiente bastante negativo. Cuánto mejor decir: Sí... ¡pero! "Sí, puedes comenzar a pintar, pero debes guardar el rompecabezas primero"

El uso de métodos de enseñanza y disciplina positivos es una parte importante de ser un padre eficaz. Disciplinar significa enseñar.

Sabrás que tu disciplina es positiva si:

• Transmite el mensaje sin causarle dolor al niño, ya sea física o emocionalmente. En otras palabras, el niño no se sentirá culpable, inadecuado, avergonzado o sin valor.
• Enseña al niño a largo plazo, en lugar de detener el comportamiento no deseado por el momento.
• Alienta la autodisciplina.
• Ayuda al niño a sentirse mejor consigo mismo, no peor.
• Disminuyen el conflicto y la alienación, y aumenta la comprensión entre padres e hijos.
• Deja al niño la sensación de que fue tratado con justicia.

Vuelve a entrenar tu cerebro

Pensar negativamente puede convertirse en un hábito. Es como la opción predeterminada de tu computadora. Si no haces nada para cambiar tu forma de pensar, tu mente pasa automáticamente a modo negativo, y te preocupas, te inquietas y te pones nervioso acerca de tu vida, tus hijos y tu situación. Pensar en modo predeterminado es como ir a un callejón sin salida. "Es imposible, ¿para qué intentar-lo?" Lo más probable es que los padres que permiten que sus cerebros piensen en modo negativo se quejen, culpen y hagan que todos los que los rodean sean miserables. A la miseria le puede gustar la compañía, pero rara vez los niños disfrutan de la compañía de los miserables! En cambio, la miseria engendra miseria.

Al visualizar lo que quieres y cómo deberías responder, puedes ser un padre exitoso que pueda entrenar tu cerebro para anular los pensamientos negativos y pasar a un modo de pensamiento con opciones. Debes creer que cada problema tiene solución y debes estar dispuesto a buscar una hasta que la encuentres.

Cuanto más practiques el pensamiento con opciones positivas, más automático se volverá. Y cuando piensas positivamente, tendrás más probabilidades de actuar positivamente. Además de tu actitud, tu comportamiento influirá en quiénes se convertirán tus hijos.

Conducta

Hoy aprenderás cómo mejorar tus habilidades para la educación de tus hijos. El conocimiento es importante, pero la forma en que lo apliques determinará tu efectividad. Establecer objetivos realistas que sean lo más específicos posible es una buena manera de asegurarte de poner los conocimientos (SABER) en práctica (HACER). En el ejército, esto se llama determinar el estado final. En otras palabras: ¿Qué quieres terminar haciendo?

Si tus metas son demasiado idealistas, es fácil desanimarte y dejar de intentarlo. Y si eres demasiado amplio, no sabrás si las has alcanzado o no. Es mejor tener el objetivo de dedicar quince minutos al día a leerle a tu hijo que simplemente decir: "Quiero dedicar más tiempo a leerle a mi hijo". Cuanto más específicos sean tus objetivos, más fácil será saber si los has alcanzado

Sugerencias de metas de comportamiento de los padres

1. Dedica quince minutos ininterrumpidos cada día con cada niño haciendo lo que él elige.

2. Al menos tres veces al día, hazle saber a tu hijo que es amado. Dale un beso, un guiño, una sonrisa, un abrazo, un masaje en la espalda, un elogio, o simplemente di: "Te quiero". Envíale notas cariñosas junto a su almuerzo escolar; llámalo desde la oficina para decirle: "Estaba pensando en lo especial que eres".

3. Sorprende a tu hijo con un acto amable al menos una vez al día. Dile a menudo: "Con gusto, porque eres mi tesoro".

4. Busca a tu hijo y simplemente comparte tiempo con él. Cuando un niño está concentrado en alguna ac-tividad, muchos padres aprovechan la oportunidad de hacer algo por su cuenta en lugar de compartir ese tiempo con su hijo.

5. Planifica hacer algo especial juntos. Es lindo tener la expectativa de un encuentro especial por semana.

Juntos, hagan algo "loco" que normalmente no hacen. Haz una lista de actividades divertidas e inclúyelas en tu agenda.

6. Escucha atentamente el lenguaje verbal y corporal de tu hijo. Resiste la tentación de sermonear.

7. Rían juntos y rían mucho. El humor tiene una manera de suavizar cosas difíciles en las relaciones familiares ¡El humor agrega chispa a la vida y levanta el alma!

8. Antes de reaccionar al mal comportamiento, busca la razón. Pon tu energía en tratar de solucionar la causa en lugar de simplemente disciplinar al infractor.

9. Nunca discipline con ira. Si lo haces, es probable que digas o hagas algo de lo cual te arrepientas. Busca tranquilizarte primero, y podrás pensar más clara. mente para que tus palabras y acciones no causen dolor ni vergüenza.

10. Admite cuando hayas cometido un error y di: Lo siento", Tu hijo respetará tu honestidad.

11. Utiliza el estímulo diez veces más a menudo que las consecuencias. Generalmente el niño desanimado se convierte en el niño que se porta mal.

12. Dedícate diariamente a ti y a tu hijo al Señor. Y cree en la promesa Bíblica: "Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo" (Prov. 3:6, TLA).

Las anteriores son solo sugerencias. ¿Qué metas quieres alcanzar en la educación de tus hijos? Recuerda, hazlas realistas y específicas. Al final del día, lee tu lista de objetivos y pregúntate: "¿Cuán bien lo hice hoy? ¿Qué podría hacer mañana para tener más éxito?"

Si tienes demasiados objetivos, nunca los recordarás.

Para ayudarte, elige los más importantes, escríbelos en pequeñas tarjetas y colócalos en lugares donde los veas con frecuencia, como el espejo de tu baño o la visera del automóvil, Cuando se hayan convertido en hábitos, agrega más metas a tu lista.

Si no obtienes el éxito que deseas, puede ser que se deba a que necesitas realizar más "planificación de fondo" a fin de encontrar qué es lo que tienes que hacer para alcanzar el estado final deseado. Por ejemplo, si deseas cumplir con éxito tu meta de leerle a tu hijo quince minutos al día, te será de ayuda establecer un horario, encontrar lo que le quieres leer, apagar tu teléfono, ignorar tu computadora cuando escuchas: "Tienes un nuevo correo", y sentarte con tu hijo. ¿Entiendes la idea?

Los padres positivos no se abandonan a la culpa cuando juzgan mal una situación y tratan de un modo demasiado duro a sus hijos. En su lugar, se preguntan: "¿Cómo puedo enseñar (disciplinar) de un mejor modo para que mis hijos puedan manejar este problema con más éxito en el futuro?" O podrían decirles a sus hijos: "Estoy aprendiendo a ser padre al igual que ustedes están aprendiendo a ser niños responsables. Así que necesito su ayuda para que me enseñen cómo hacerlo".

Los padres positivos buscan constantemente técnicas nuevas y más efectivas para utilizar con cada uno de sus hijos. Ese es uno de los desafíos y las delicias de la educación de los hijos. Debido a que los niños son únicos, deben ser tratados de maneras diferentes para alcanzar el estado final de ser responsables. Aprender a ser un padre que disciplina de modo positivo es un proceso. Por eso, los padres positivos constantemente buscan formas de mejorar y soluciones para los problemas. Hay verdad en el jingle

"La definición de la crianza perfecta es fácil de expresar, simplemente errar y errar, y errar otra vez, pero menos y menos, y menos".

Recuerda: los errores son oportunidades para aprender, así que perdónate a ti mismo cuando los cometas. Ser un ejemplo en esto enseñará a tus hijos a perdonarse a sí mismos y a los demás más fácilmente.

Compromiso

Compromiso significa "cumplir las promesas". ¿En qué estás comprometido? Es fácil hacer promesas, o tomar compromisos, pero no siempre es fácil cumplirlos. Todo tiene que ver con tus prioridades.

Si un compromiso tiene una alta prioridad en tu vida, es probable que lo cumplas. Si no es así, aunque digas que estas comprometido, es posible que no actúes como si lo estuvieras.

Si estás casado y tienes hijos, esta es una manera saludable de ordenar tus prioridades: Dios, cónyuge, hijos, padres, y luego las relaciones laborales y todo lo demás.

Puede sorprenderte, pero en un matrimonio saludable, ¡los niños no deberían ser lo primero! Los niños se sienten seguros cuando saben que sus padres los aman tanto que, por el bien de ellos, serán prioridad uno del otro para proporcionar una base sana y segura para sus hijos.

1. Si uno de los padres es abusivo, los niños deben ser protegidos. Aunque tu compromiso hacia tu cónyuge sea alto, debes poner primero el bienestar de tus hijos.

2. Si eres soltero, cualquier relación de pareja debe tener una prioridad menor a la que tienen tus hijos. No te cases si tus hijos están en contra, a menos que busques terapia familiar y resuelvas sus objeciones pri-mero. De lo contrario, ¡te embarcarás en un viaje es-cabroso! (Para más información sobre la educación de un hijo como padre solo, consulta el apéndice A.)

Razones de los niños para oponerse a un nuevo casamiento

• A veces las preocupaciones de los niños son irracionales. Es posible que no quieran que sus padres se vuelvan a casar porque tienen la esperanza de que sus padres vuelvan a estar juntos.
• Pueden sentir que, si sus padres se vuelven a casar, el padrastro o la madrastra se quedarán con tiempo y atención que antes les pertenecía.
• Si un padre que está solo ha establecido el hábito de dormir con un hijo pequeño, casarse significará que el niño será expulsado de la cama del padre, y eso puede causar sentimientos de rechazo. El padre debe establecer un nuevo acuerdo para dormir que sea emocionalmente satisfactorio para el niño antes de que un nuevo compañero matrimonial ingrese a la familia.

Antes de volver a casarte, habla con sus hijos acerca de lo que significa el compromiso
1. Si estás pensando en casarte, habla con tus hijos sobre posibles situaciones en las cuales tendrás que permanecer firmemente unido a tu cónyuge como padre y madrastra (o viceversa), aunque a los niños no les guste. Hazles saber, antes de que esto suceda, que no tiene nada que ver con cuánto amas a tus hijos y todo que ver con establecer un hogar seguro donde papá y mamá son los líderes respetados. Con el tiempo, si la relación con el padrastro o la madrastra es satisfactoria y los niños se sienten amados, ellos aceptarán a esa persona y no quedarán resentidos por el tiempo que su propio padre utiliza para pasar con el "nuevo".

2. En los matrimonios mixtos con hijos de ambos lados, los niños deben estar convencidos de que su propio padre los ama de manera suprema y de que no tomará partido en su contra. Pero, al mismo tiempo, deben saber que su padre no les permitirá tratar a la madrastra (o viceversa) de manera irrespetuosa. A veces esto será como caminar sobre una línea fina.

3. Los niños deben saber que ninguno de los padres permitirá que sus hijos los separen. Si tienes que elegir entre cónyuge sobre hijos o hijos sobre cónyuge, obtén asesoramiento inmediatamente

4. Si te casas en una situación mixta, no intentes "criar" a los hijos de tu cónyuge demasiado rápido. Se establecerá una situación incómoda. Los niños se resienten con el nuevo padre. Su propio padre intenta defender al nuevo cónyuge. Los niños sienten que su padre está tomando partido contra ellos. ¡Y comienzan las pruebas

El uso del tiempo refleja el nivel de compromiso

Una de las mejores maneras de mostrar cuán comprometido estás con tus hijos es pasar tiempo con ellos. Un gran desafío para la mayoría de los padres es dedicar lo mejor de su tiempo y energía a sus hijos. Esto significa elegir hacer algo con ellos, en lugar de mantener la casa impecable, cocinar desde cero o pasar horas comprando.

Otra opción es involucrarlos creativamente en las actividades que tienes que hacer.

La mayoría de los padres están tan ocupados con todas las cosas que tienen que hacer en el hogar, el patio o la oficina, que tienden a abordar esas actividades primero en lugar de pasar tiempo con sus hijos. Al terminar una tarea, los padres tienen algo que pueden mirar y decir: "Yo hice esto!" Hiciste un pastel, tienes algo que admirar. Lavaste las ventanas, ahora brillan. Esa sensación de logro puede no ser tan fácil de experimentar al dedicarle tiempo a los niños. No sueles ver lo que has logrado cuando empujas a un niño en un columpio o saltas en el trampolín junto a él, o cuando llevas a tus hijos a clases de equitación o algún otro deporte. Sin embargo, los mensajes que le estás dando a tus hijos no tienen precio: "Tú eres importante! ¡Eres especial! ¡Eres valioso! ¡Eres amado!"

Piensa a largo plazo. La sensación de logro que siente al completar un proyecto o terminar una tarea nunca se comparará con el logro de criar a tu hijo para que se convierta en un adulto capaz, sano y responsable.

Cuando se trata de niños, no esperes hasta tener tiempo para pasar con ellos. ¡Eso nunca sucederá! En su lugar, haz un buen uso de cada minuto: una palabra amable aquí, un poco de ayuda allá y, en el medio, muchas sonrisas y palmadas de amor son las que transmitirán a tus hijos el mensaje de que estás comprometido con ellos.

Prioriza tus compromisos

Aquí hay una verdad para recordar. Es imposible tener suficiente tiempo para hacer todo lo que te gustaría hacer.

Por eso, es esencial priorizar tus compromisos.

Una lección práctica sobre la importancia de priorizar
Toma un frasco de vidrio y llénalo con pelotas de golf.
Luego vierte tanto arroz como el recipiente pueda contener. Ahora quita todo este contenido del frasco. Si vuelves a llenar el frasco comenzando por el arroz (las pequeñas cosas), nunca tendrás suficiente espacio para las pelotas de golf (las cosas grandes). Así es en la vida. Si tratas de poner en primer lugar todas las cosas pequeñas de tu vida, nunca tendrás tiempo para ubicar las cosas grandes, como tu compromiso con Dios y la familia.

Puedes decir que tus hijos son lo primero, pero ¿te ven pasar más tiempo con el trabajo o con los compromisos de la iglesia que con ellos? Tú dices que Dios es lo primero en tu vida, pero ¿te ven tus hijos apartando un tiempo para tu devoción personal? ¿Y es tu comportamiento hacia ellos realmente como el de Cristo?

Si deseas obtener una lectura precisa de la percepción de tus hijos acerca de tu compromiso con ellos, pregúntales. Basado en su respuesta, es posible que desees hacer algunos cambios en tu actitud y comportamiento.


¿Tienes miedo comprometerte para el matrimonio?

Aquí hay otra consideración: tú y tu "otra persona importante" pueden estar criando un niño sin haber hecho un compromiso matrimonial. Esto preocupa a los niños.

Preguntan: ¿Por qué no pueden mamá y papá prometerse mutuamente que vivirán juntos toda la vida? ¿Por qué no pueden casarse como lo hacen otros padres? Aunque tu decisión no tenga nada que ver con ellos, a menudo la interpretan como una falta de compromiso hacia ellos.

Cuando el hogar de un niño es inestable, cuando la vida se vive en un terreno tembloroso, a menudo se refleja en su comportamiento negativo. Por el bien de tus hijos, reconsidera la idea de "vivir juntos", ¡aunque el matrimonio pueda significar obtener menos subsidios del gobierno o encontrarte en una categoría impositiva más alta!

¿Por qué es importante el compromiso?

Hoy, muchos niños viven en hogares monoparentales o han experimentado la ruptura y el nuevo matrimonio de sus padres, lo que hace que los niños, incluso en hogares estables, se pregunten si sus propios padres se divorciarán, especialmente cuando escuchan palabras de enojo o ven miradas de disgusto. Vivir bajo la amenaza de que un padre se marche es como vivir con una bomba de tiempo. Los niños sienten que tienen que tener cuidado de no decir o hacer algo que creen que podría causar que uno u otro padre explote y se vaya. Aunque rara vez son los niños quienes separan a los padres, casi todos los niños consideran que es culpa de ellos si no pueden mantener a sus padres juntos.

Si tus hijos cuestionan tu compromiso, déjales lo siguiente en claro: "Le prometí a su mamá que la amaría toda mi vida y, aunque nos enfademos y nos hablemos con enojo, quiero que sepan que le pediré disculpas y nunca la dejaré".

Necesitan ver a mamá tratar a papá con respeto, aunque ella no esté de acuerdo con él. Necesitan escucharla decir: "Tu papá y yo nunca nos divorciaremos. Cuando nos casamos, prometimos amarnos, honrarnos y respetarnos mutuamente, y aunque no esté de acuerdo con tu padre, siempre cumpliré mi promesa".

Si los niños escuchan a sus padres discutiendo, es extremadamente importante que vean cómo resuelven sus problemas y cómo se reconcilian. Aprenden la valiosa lección de que en una relación amorosa comprometida, puede haber conflicto sin alienación. Los niños se sienten seguros y pueden concentrarse en lograr sus propios hitos de desarrollo cuando no tienen que preocuparse por la estabilidad de su familia.

Lidiar con los compromisos rotos

Si dos personas están verdaderamente comprometidas entre sí, nada puede dividirlas. Pero si uno encuentra pastos más verdes o comienza a pensar: Tal vez me casé con la persona equivocada, y quiera salir del matrimonio, es muy poco lo que el otro puede hacer para mantener unidas las cosas. El abuso también destruye el compromi-so. Nadie debería permanecer en una relación en la que ellos o los niños son abusados verbal, física, emocional o sexualmente.

Casi la mitad de todos los matrimonios de Norteamérica se desmoronan. El divorcio sucede. Los compromisos están rotos. Cuando hay "diferencias irreconciliables" y los padres se divorcian, es tu responsabilidad dejarles en claro a los hijos que aunque se divorcien, nunca te "divor-ciarás" de los niños. Tú siempre estarás para ellos. Nunca los usarás como un medio para intentar vengarte de tu ex.

Y debido a los niños, elegirás tener la mejor relación posible que puedas tener con su mamá o su papá.

El divorcio siempre es devastador para los niños, sin importar la edad que tengan. No existe tal cosa como un divorcio "bueno". Puede ser necesario, pero siempre habrá consecuencias negativas cuando se rompen los compromisos.

¿Eres alguien en quien se puede confiar?


Si les prometes algo a tus hijos, ¿lo cumples? Si dices que estarás allí a cierta hora, ¿lo haces? Si planeas un evento, ¿sucede? Si dices que volverás a llamar, ¿llamas?

La confianza es un componente clave para una relación familiar saludable. ¡No abuses de ella!

Datos sobre la confiabilidad

1. Cuando los padres cumplen su palabra, sus hijos pueden confiar mejor en las promesas de Dios.

2. Cuando los niños saben que sus padres cumplen sus promesas, tienen un sentido de seguridad y libertad para convertirse en personas alegres y seguras.

3. Cuando los padres son habitualmente poco fiables y rompen sus promesas, los niños tienden a cuestionar su propia importancia.

Cómo ser más confiable

• No hagas promesas que no puedas cumplir.
• Asegúrate de ser responsable en las pequeñas cosas.
• Por ejemplo, llevar a los niños a la escuela y recogerlos a tiempo puede parecer poco para ti, pero es algo enorme para tus hijos.
• Sé honesto si es imposible conseguir algo que tus hijos quieren. Admitir que no puedes comprar algo o ir a algún lugar es mejor que tenerlos esperando y decepcionarlos.

• Evita dar respuestas "esperanzadoras" tales como:

"Si tenemos tiempo" o "Quizá la próxima semana" o "Veremos cómo van las cosas". Los niños pequeños toman esto como promesas.

• Si te encuentras haciendo promesas y luego las ol-vidas, pregúntale a tus hijos si hay algo que prometiste que aún no has cumplido. Si es así, cúmplelo cabalmente.

Cumplir las promesas es tan significativo para los niños que pueden recordar una promesa rota durante años.

Por ejemplo, un padre se jactó con su hijo sobre su fiabili-dad. "¿Alguna vez te he decepcionado? ¿Alguna vez no he cumplido mi palabra contigo?" Su hijo de cuarenta años respondió: "Solo una vez, papá. Prometiste llevarme a pescar un domingo, pero fuiste a la oficina". Treinta años des-pués, el hijo todavía recordaba la promesa rota.

Comprométete con tu familia. Promete solo lo que puedas concretar. Dios mantiene las promesas. Asegúrate de cumplirlas. Con una actitud positiva, un comportamiento efectivo y compromiso, tú puedes ser quien quieres que sea tu hijo.

TU ERES LA CLAVE DEL FUTURO DE TU HIJO

PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN PARA EL


CAPÍTULO 1

Completa las consignas y convérsalas con tu cónyuge o con alguien que te conozca a ti y a tus hijos y cuya visión pueda ayudarte a ser un padre más efectivo.

1. Indica si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas (V o F):

¿Qué es un padre exitoso para ti?

- Uno que genera hijos perfectos.
- El que disfruta de sus hijos.
- Alguien que comprende de una manera realista que, independientemente de cuán bueno sea como padre, los niños serán niños.
- El que nunca comete errores.
Uno que encuentra formas efectivas de resolver problemas.
Alguien que tiene una buena relación con sus hijos.
Otras ideas:

2. Completa los espacios en blanco:

Para ser un padre exitoso, necesitas el ABC de la educación:
Una A________
Positiva, C____
Efectiva y C

3. ¿Cuál de las siguientes opciones puede ayudarte a tener una actitud más positiva? (Marca las respuestas correctas.)

Cuidar tus emociones.
Vivir un estilo de vida saludable.
Enumerar tus bendiciones.
Notar lo bueno en tu hijo.
Mantenerte optimista acerca del futuro.

Otras ideas:

4. De la lista de objetivos de educación realistas, elige tres objetivos para comenzar a poner en práctica con tus hijos.

A.
B.
C.

5. ¿Cómo puedes mostrarles a tus hijos que estás comprometido con ellos?

6. ¿Cuál es el punto más importante que deseas recordar de este capítulo?

Preguntas para discusión 

1. ¿Cuál es tu actitud hacia la tarea de ser padre? De las cinco opciones presentadas en este capítulo, ¿qué actitud describe mejor el punto en el que te encuentras en este momento?

A. Me siento optimista y con ganas de aprender. Disfruto el desafío de satisfacer las necesidades de mi hijo.

B. Siento que está bien tener hijos, pero hay más en la vida que ser padres.

C. Me siento desanimado cuando me esfuerzo mucho y mis hijos no responden como quisiera.

D. A veces me siento como un fracaso y desearía nunca haber tenido un hijo.

E. Según el momento, me he sentido como todos los anteriores.

Luego, responde las siguientes preguntas.

• ¿Estás contento con tu respuesta?

• ¿Cómo te gustaría sentirte acerca de ser padre?

• ¿Qué crees que podría ayudarte a ser más positivo?

2. ¿Qué necesitas a nivel personal para tener una actitud positiva acerca de ti y tu vida?
3. ¿Por qué la superación personal es un componente importante para ser un padre eficaz?

4. En una escala del 1 al 10:

• ¿Cómo te clasificarías en cuanto a tu compromiso con tu familia?
• ¿Cómo crees que tu cónyuge clasificaría tu compromiso?
• ¿Cómo crees que tus hijos clasificarían tu compromiso?

5. ¿Qué mensajes crees que los padres deberían transmitira sus hijos para que se sientan seguros?

Si has estado en el ejército, ¿Qué lecciones importantes aprendiste que pueden ayudarte a ser un mejor padre?
Dwight D. Eisenhower dijo una vez: "El liderazgo es el arte de hacer que otra persona haga lo que tú quieres que se haga porque él quiere hacerlo". ¿Cuál es tu definición de liderazgo, especialmente en lo que se refiere a la educación de los hijos?

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