Secretos para un matrimonio feliz
El hogar es el ambiente natural más propicio para que crezca y fructifique la alegría.
1. No podemos vivir solos
2. Tenemos la necesidad de ser amados. Es una de las formas más sabias de asegurar el placer individual y formar hogares sólidos que provean el ambiente ideal para la felicidad.
Pero por más paradójico que parezca, no es difícil alcanzar la felicidad conyugal.
La academia de ciencias Morales y Políticas de París estudió el caso de 96.834 matrimonios y descubrió que solamente 17 eran felices.
¿Cuál es entonces la causa de tantos fracasos?
Evidentemente, no se trata de apenas una razón, sino de muchas algunas de las cuales comentaremos.
Algunos piensan que cultura es garantía de felicidad
Siento profundo respeto por las ciencias, pero debo decir que la felicidad conyugal no siempre depende de la cultura o de la capacidad intelectual.
Sócrates
Sócrates orientó una corriente de pensamientos que llegan hasta nuestros días, pero no pudo orientar satisfactoriamente las relaciones en su hogar, donde vivía muchos momentos ingratos. Se cuenta que, en una ocasión, Jantipa, su esposa, comenzó a reprenderlo furiosamente, era temprano y como las cosas no mejoraban, Sócrates llegó a cansarse y salió de su casa. La mujer hirviendo de odio, echó por la ventana una vasija de agua en su cabeza. Sócrates paró, miró hacia arriba, así como estaba, mojado hasta los huesos y dijo:
- Yo ya estaba preparado. Después de los truenos acostumbra llover.
El Presidente Abraham Lincoln, en el tiempo que era abogado, realizaba largos viajes, mientras que sus colegas si volvían, él no lo hacía, por causa de las amarguras de su vida conyugal. Y esos problemas continuaron hasta su muerte.
Algunos piensan que las riquezas son garantía de felicidad.
El multimillonario Donald Trump fue blanco de la prensa por causa de sus peleas y separación de su esposa, Ivana Trump.
Las constantes separaciones de actores de telenovelas muestran que no consiguieron ser felices en su matrimonio.
La inmadurez conspira contra la felicidad conyugal
Muchos hogares fracasan porque aquellos que contraen matrimonio llegan a este punto sin tener plena consciencia de los que están haciendo:
1. Pierden de vista la solemnidad de esa unión y contraen los votos matrimoniales con liviandad.
2. Creen que el matrimonio es una especie de contrato, en el cual cada una de las partes arriesga su suerte, y que podrán disolverlo delante de desavenencias.
a. ¿Es correcto pensar así?
b. NO
3. El hogar no puede ser establecido sobre la base de ser disuelto, pero si sobre promesas de eterna unión, incluso delante de las dificultades que puedan surgir.
La inmadurez lleva a las peleas entre esposos
Leí sobre una pareja que no supo encontrar una salida específica para sus desavenencias. El esposo tomó un palo, su mujer lo imitó y se lanzaron uno contra el otro en un duelo encarnizado. La esposa ganó la partida, aunque quedó con muchas costillas rotas. Los dos fueron presos.
Esta misma inmadurez está asfixiando muchos matrimonios en la actualidad; sino, ¿Por qué hay tantos gritos encolerizados, estridentes y represalias bruscas?
Entonces ¿qué es lo que lleva a los esposos a pelear?
En el fondo, en la mayoría de las peleas hay inmadurez
Tieche, en su libro “El arte de vivir” narra el caso de Felipe y Catalina. Una noche estaban en su sala y vieron pasar un ratón. Ambos se preguntaron de dónde había salido.
– Entro por aquí, dijo Felipe.
– No, fue por este lado, replico Catalina.
– ¡Dije que vino de esta dirección!
– ¡No, yo lo vi llegar de allá!
La disputa se agravó rápidamente, hasta el punto que la serenidad se transformó en una atmósfera de electricidad, que llevó a los cónyuges a no dirigirse una palabra uno al otro por muchos días.
Felizmente, la cena de año nuevo llegó pocos días después y como este es el momento de nuevos comienzos, era necesario arreglar las cosas. Felipe rompió el silencio y dijo:
- ¡Vamos Catalina! No debemos pasar así año nuevo. Hagamos las paces ¿Quieres?
- Claro Felipe!
Los dos se confundieron en un abrazo conmovedor y mientras Catalina se secaba las lágrimas por encima del hombro de Felipe replicó:
- Pero ¿te acuerdas que el ratón vino de ese lado?
- Oh, no! ¡Te aseguro que fue por ese otro lado! Y la disputa se renovó.
Los dos esposos riñeron por una insignificancia, como no tienen suficiente madurez en sus personalidades, se dejan llevar por el amor propio y se niegan a ceder, no es extraño que sea incómodo vivir en esa casa y tal vez, se vuelva imposible con el tiempo.
Joseph Sabath, magistrado de Chicago, después de actuar como árbitro en más de 40000 divorcios, declaró:
- “En el fondo, la mayor parte de las separaciones, solo hay trivialidades”.
Sin duda, este hombre estaba autorizado a decir estas palabras, pues tenía material en abundancia delante de si para emitir juicio.
Muchos otros, con experiencia semejante, nos mencionan que, aquellos que recurrieron al divorcio para solucionar sus diferencias conyugales y después se volvieron a casar, no son felices. La misma inmadurez que los llevó a ser incapaces de estabilizar el primer matrimonio, los lleva al precipicio en la segunda tentativa.
Sin duda expresa mucha sabiduría aquel proverbio español que dice:
“En el matrimonio es preferible la peor tormenta que el naufragio” o “Más vale matrimonio remendado, que divorcio lamentado”
El primer paso en la solución: Crecer emocionalmente
Pues bien -dirá alguien- ¿qué debo hacer para solucionar las discusiones con mi esposo?
1. Lo esencial, en caso de discusiones, es dar prueba de buena voluntad y un ánimo perdonador. Colóquese en el lugar de su esposa, reconozca sus propios defectos y esté dispuesto a perdonar.
2. Evite la primera discusión. ¿cómo?
El agua Milagrosa
Una señora humilde fue a ver a un sabio para pedirle que le enseñase como podía dominar a su esposo, que acostumbraba beber y castigarla brutalmente. Después de dar toda su información, la atribulada mujer vio que en medio de un ritual misterioso, el sabio llenaba un frasco de cierto líquido y le decía:
- Este frasco contiene agua milagrosa. La próxima vez que su marido venga con amenazas e injusticias, usted llenará su boca con el agua milagrosa y la mantendrá allí todo el tiempo que pueda. No se la puede tomar ni escupir. Cuanto más tiempo la conserve en la boca, mayor poder tendrá sobre él, luego verá cómo lo dominará completamente.
- Luego después, al regresar a su casa, puede poner a prueba la receta.
El esposo abrió la puerta visiblemente alterado, y con voz áspera, comenzó a recriminar y amenazar mientras levantaba sus puños cerrados y profería fuertes insultos. Delante de ese cuadro, la infeliz esposa sacó de entre sus ropas el frasco y llenó su boca con el “agua milagrosa”
El marido continuó con sus injusticias e insolencias. Ella mantuvo el “agua milagrosa” durante varios minutos y, finalmente, vio que las palabras fueron cada vez más serenas y, entre palabras entrecortadas, aparecieron las primeras disculpas. Después de un silencio largo, finalmente llegó la calma. Entonces abrió su boca y echo fuera aquella “agua milagrosa” que le dio un resultado muy sorprendente. pues cada vez que quiso responder - y ojo, que los impulsos eran de utilizar el mismo tono de su esposo- vio que no podía hacerlo sin tragar o lanzar fuera el agua. Es como dicen:
“Cuando uno no quiere, dos no discuten”
Quien hace así, prueba que es maduro emocionalmente.
Aspectos de la Felicidad Conyugal
Remedie la situación con un espíritu de Humor
J. Cronm volvió un día del trabajo en un poblado de Irlanda, completamente deprimido. Intentaba abrir el camino de la medicina, pero todo le iba mal. Volvía para la casa cansado, agotado. Estaba muerto de hambre- podría comerme un buey pensó. Cuando llegó a su humilde casa, encontró que la esposa solo había preparado un huevo cocido. Haciendo un grande esfuerzo y tratando de dominarse, Cronim comenzó a romper la cáscara y vio que el huevo estaba mal, estaba podrido. Se levantó como una caldera presta a explotar. La esposa había tenido un día terrible. Todo le había salido mal, ante la falta de consideración de su marido, ella respondió violentamente, comenzó así una terrible discusión.
La discusión iba aumentando cuando, de repente, pararon sorprendidos por la situación absurda. Se miraron uno al otro y se pusieron a reír, cayendo uno en los brazos del otro.
Si miramos los problemas que nos parecen graves con espíritu de humor, resolveremos la mayoría de ellos.
Fidelidad = Felicidad
“Jamás conocerás el amor ideal hasta que el hombre haya abandonado la ilusión de que se puede ser medio sincero, medio fiel y medio casado”
El papel de las pequeñas acciones en la felicidad conyugal
Un joven estaba en el consultorio médico. Iba a pagar al doctor por los servicios prestados para el nacimiento de su tercer hijo. Abrió nerviosamente su billetera y cayeron dos pedazos de papel. Eran recibos de empeño. El doctor los recogió. El joven trató de explicarle tímidamente lo que había pasado:
- Últimamente me ha ido muy mal en el trabajo. El doctor miró el segundo recibo. El joven se ruborizó y dijo:
- Doctor empeñé mis condecoraciones de guerra. Mañana es el cumpleaños de mi esposa y no puedo dejar pasar esta ocasión sin comprarle un regalito.
Para un matrimonio ser feliz, deben preocuparse uno por el otro, tener consideración uno con el otro. Un elogio, un ramo de flores, una tarjeta o una invitación para comer una pizza; son cosas de gran importancia.
Un consejo para los esposos:
1. Cuando lleguen las fechas especiales o aniversarios, de a su esposa un regalo como hacía antes y hasta incluso si no hay fechas especiales, cualquier día es propicio para la cortesía.
2. Toda esposa gusta que se le diga al menos una vez al día y hasta incluso después de 50 años de casados:
¡Querida yo te amo tanto! ¡Qué sería de mí sin ti!
Los médicos constataron que 50% de las enfermedades después de 10 años de casamiento provienen de no oír mas eso que tanto decíamos cuando enamorábamos.
¡Qué medicina barata! ¿No le parece? ¡Para qué pagar remedios! Basta decir: ¡Yo te amo!
Thomas Carlyle, después de la muerte de su esposa escribió en su diario:
“Oh, si pudiese verla otra vez para decirle que ¡siempre la amé! ¡Oh, qué pena ella nunca lo supo!
Muchas esposas están sedientas de manifestaciones de amor por parte de sus esposos y, como la compañera de Carlyle, descienden a la tumba sin haber percibido, en el trato cotidiano, que sus esposos las amaban.
3. No la trate como empleada, no permita que realice trabajo de hombre.
4. Sacuda el polvo de todos los días antes de ir a su casa…no lleve problemas al hogar, llegue sonriente.
5. Comparta las finanzas con su esposa. No sea como el esposo que cuando acabó de salir de la iglesia, fue a su luna de miel y quiso colocar las cosas en orden primero.
- ¿Escuchaste qué nos dijeron en el matrimonio civil? Le dijo.
-Dijeron que el matrimonio es una sociedad ¿no es cierto?
La flamante esposa dijo: - Si
- Bien quiero aclarar que en esta sociedad el presidente ¡soy yo y nadie más!
- Tú puedes ser el presidente, mas ¡yo seré la Tesorera! -contesto ella. Y allí comenzaron los problemas.
Hay problemas cuando solo uno decide usar el dinero, sea el esposo o la esposa, compartan juntos, decidan juntos.
Un consejo para las esposas:
1. Evite bombardear a su marido con reclamos de la casa y de los hijos, sino el preferirá el bar.
2. Arregle la casa para recibirlo. Preocúpese con su apariencia. No lo reciba con la mano oliendo a ajo o la blusa manchada con huevo.
3. Dele sus gustos en la comida y evite el atraso.
4. Respete a la familia de su marido y sobretodo honre a su madre. Ella lo amaba antes que usted lo conozca.
5. Una revista muy prestigiosa publicó en cierta oportunidad un anota interesante.
Se titulaba: ¿Cómo usted trata su perrito?
Toda la página estaba llena de fotos que ilustraban el trato cariñoso que una señora ofrecía a ese animal: Como lo peinaba, lo acariciaba, le daba de comer, se preocupaba con sus paseos. Al voltear la hoja decía: ¡Trate así a su marido!
Un esposo, tratado de esa manera, no tendrá interés en salir de casa. Cuando él se sienta querido y que es tratado como un rey, acabará entregándose como un esclavo voluntario.
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