- Pastor quiero separarme.
- ¿Por qué, si ustedes son una pareja tan bonita, se les ve muy bien y ya tienen 2 pequeños? ¿Qué te motivó a pensar así?
- El otro día mi esposo se levantó súbitamente y mirándome a los ojos me propuso hacer un negocio. Entonces me levanté y fui corriendo al baño y lloré desmesuradamente por largo rato.
- Él me propuso un negocio que yo le propuse hace 10 años. Mire qué hemos logrado en este tiempo: NADA. Si yo me quedo 10 años más ¿Qué voy a lograr?
La mujer puede estar dispuesta a vivir en el cachivache de la casa de los padres al inicio del matrimonio. Pero es en le desanima en extremo saber que ella va a pasar allí toda su vida.
Es la Desesperanza. Es no poder ver que aquello con el pasar del tiempo va a mejorar. Ella está dispuesta a andar a pie, ahora que está comenzando. Pero es desanimador pensar que ese varón guste de esa vida. Que no le importa tener un mañana con una mejor su calidad de vida.
Entonces, la persona necesita tener la Esperanza de que algo bueno va a suceder.
La mujer quiere sentir que ella tiene un hombre proveedor con ella. Que ella tiene un hombre que es responsable y como parte de su carácter la intención de trabajar, proveer y dar lo mejor para su familia.
No es que la mujer tiene que depender del hombre. La mujer quiere tener la sensación que ella puede trabajar, pero que ella no tiene que trabajar para que se le cobre cuentas.
POSICIÓN DE LA IGLESIA ACERCA DEL DIVORCIO
1. Cuando Jesús dijo: “No lo separe el hombre”, estableció una norma de comportamiento, que debe trascender todas las leyes y las promulgaciones civiles que vayan más allá de la interpretación de la ley de Dios que gobierna la relación matrimonial. A esta regla se deben adherir, independientemente de si el Estado o las costumbres en boga permiten o no mayores libertades.
2. La infidelidad al voto matrimonial a través del adulterio y/o la fornicación. En el N.T. se incluye, algunas otras irregularidades sexuales como: (1 Corintios 6:9; 1 Timoteo 1:9, 10; Romanos 1:24-27), las perversiones sexuales, incluyendo el incesto, el abuso sexual de menores y las prácticas homosexuales, se consideran también como mal uso de las facultades sexuales y son una violación de la intención divina del matrimonio. Como tales, son causa justa de separación o divorcio.
3. En el caso de que la reconciliación no se efectúe, la parte que permaneció fiel al cónyuge que violó los votos matrimoniales tiene el derecho bíblico de obtener el divorcio, y también de volver a casarse.
4. El cónyuge que violó el voto matrimonial estará sujeto a la disciplina de la iglesia local, si está genuinamente arrepentido, puede estar bajo censura por un período de tiempo, en vez de separarlo de la feligresía de la Iglesia. Un cónyuge que no da evidencias de pleno y sincero arrepentimiento será separado de la feligresía de la Iglesia. En caso de que la violación haya significado oprobio público para la causa de Dios, la iglesia, con el fin de mantener sus altas normas y buen nombre, puede separar a esa persona de la feligresía de la Iglesia.
5. El cónyuge que violó el voto matrimonial y se divorcia no tiene el derecho moral de volver a casarse mientras el cónyuge que fue fiel al voto matrimonial viva, y permanezca sin casarse y casto. La persona que lo haga será separada de la feligresía de la Iglesia. La persona con quien él o ella se case, si es miembro de la Iglesia, también será separada de la feligresía de la Iglesia.
6. Se reconoce que algunas veces las relaciones matrimoniales se deterioran a tal punto que es mejor que el esposo y la esposa se separen. “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido. Y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer” (1 Corintios 7:10, 11). En muchos de esos casos, la custodia de los niños, el derecho de propiedad o aun la protección personal requiere un cambio del estatus matrimonial. En estos casos, ser permisible obtener lo que en algunos países se denomina separación legal. Sin embargo, en algunos países, esta separación se puede lograr únicamente por medio de un divorcio.
7. El cónyuge que violó el voto matrimonial y se divorció, y fue separado de la feligresía de la Iglesia y se volvió a casar, o la persona que se divorció por otros motivos fuera de los mencionados en los puntos 1 y 2 arriba y se vuelve a casar, y es separada de la feligresía de la Iglesia, será considerada inelegible para volver a ser miembro de la Iglesia, excepto en la forma que se estipula más adelante.
8. El vínculo matrimonial es sagrado y complejo cuando, los hijos son involucrados. Por lo tanto, en un pedido de readmisión a la feligresía de la Iglesia, las opciones disponibles para la persona arrepentida pueden estar severamente limitadas. Antes de que la iglesia local tome una resolución final, el pedido de readmisión será enviado a la Junta directiva de la Asociación, a través del pastor, para pedir consejo y sugerencias para que la persona o las personas arrepentidas den para lograr tal readmisión.
9. La readmisión de los que fueron excluidos de la feligresía de la Iglesia por las razones dadas en los puntos anteriores se hará normalmente sobre la base de un nuevo bautismo (véase la p. 49, 65, 66).
10. Cuando una persona que fue excluida de la feligresía de la Iglesia por las razones expuestas es readmitida en la feligresía de la Iglesia, según se establece en el punto 8, se debe ejercer todo el cuidado posible para salvaguardar la unidad y la armonía de la Iglesia, no dándole a esta persona responsabilidades como dirigente, especialmente en un cargo que requiera el rito de la ordenación, a menos que sea después de un consejo muy cuidadosamente estudiado con la administración de la Asociación.
11. Ningún pastor adventista del séptimo día tiene derecho a oficiar en el nuevo casamiento de una persona que, bajo la estipulación de los párrafos precedentes, no tiene el derecho bíblico de volver a casarse.
EL CONSEJO PAULINO
"En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; 2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido. 3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. 4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. 6 Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. 7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. 8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; 9 pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando". 1 Corintios 7:1-9
"En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. 26 Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está. 27 ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte. 28 Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar. 29 Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; 30 y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; 31 y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa". 1 Corintios 7:25-31.
"Si no tienen don de continencia, cásense porque es mejor casarse que quemarse".
EL MATRIMONIO tiene:
- Compañerismo
- Relación sexual
- Bendición de tener hijos
- Servicio a la familia, a la iglesia y a la sociedad en interdependencia ¡Viva el matrimonio!
LA SOLTERÍA tiene:
- Soledad
- Abstinencia sexual
- Ventajas de no tener hijos
- Disponibilidad para el servicio a la sociedad en completa independencia ¡Viva la soltería!
El compañerismo es un remedio para la soledad. La soledad no es una enfermedad, sino una opción de vida. El matrimonio es vida en comunidad. La soltería es vida personal en libertad, el matrimonio es un don, un regalo de Dios. La soltería también es un don de Dios, una verdadera bendición.
La relación sexual es un gran privilegio matrimonial. La continencia es un don especial que tienen algunas personas que viven con un gran sentido de satisfacción sin necesidad de lecho conyugal. El problema viene cuando el casado quiere vivir como soltero y el soltero quiere vivir como casado. Esta confusión echa a perder la belleza del sueño de un matrimonio honroso y la del sueño de vivir en una soltería honrada, noble e inspiradora.
La decisión de casarse es una de las grandes elecciones de la vida. La decisión de no casarse también es igualmente importante y respetable. Solo que honren su elección con dignidad. (El matrimonio que Dios soñó, 24).
"Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. 8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando" 1 Corintios 7:8, 9.
El matrimonio es el mejor remedio para la soledad. Es una protección sabia contra la inmoralidad sexual.
Cada uno tiene su propio don:
- El que se casa, tiene el don divino del casamiento
- El que no se casa, tiene el don de la continencia que lo induce a una soltería tranquila y feliz. Puede dedicarse a desarrollar proyectos o misiones que, muchas veces, los casados, difícilmente pueden ejecutar. Hay proyectos de vida que pueden desarrollar las personas solteras sin las responsabilidades propias de la vida matrimonial. La sociedad recibe las bendiciones de las personas solteras. Por lo tanto, merecen el reconocimiento correspondiente a su vida altruista y abnegada. La vida social de Cristo es un paradigma inspirador para las personas que deciden vivir en soltería. (El hogar que Dios soñó, 27).
La psicóloga española Rosario Castaño, en su libro La pareja rota: Claves para superar la infidelidad, (Rosario Castaño, La pareja rota: Claves para superar la infidelidad (Madrid: Alianza Editorial, 2010), 34). explica que la infidelidad conlleva un daño emocional comparable al duelo por la muerte de un ser querido. El cónyuge traicionado a menudo sufre de ansiedad, depresión e incluso estrés postraumático. 6 Castaño señala que la infidelidad altera la percepción de uno mismo y del otro, destruyendo la base de confianza necesaria para la estabilidad emocional y relacional.
UN DIÁLOGO CON LA IA
¿Cómo evitar el divorcio?
Evitar el divorcio implica trabajar en la construcción y el mantenimiento de una relación sólida y saludable. Aunque no existe una fórmula mágica para prevenir el divorcio, hay muchas acciones que pueden ayudar a fortalecer tu matrimonio y reducir las posibilidades de que llegue a ese punto. Aquí hay algunos consejos:
Comunicación efectiva: La comunicación abierta y honesta es clave. Aprendan a expresar sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones de manera respetuosa y escuchen activamente a su pareja. La comunicación eficaz puede prevenir malentendidos y conflictos innecesarios.
Respeto mutuo: Trátense con respeto y consideración en todo momento. Reconozcan las diferencias entre ustedes y valoren las opiniones y perspectivas de su pareja.
Compartir objetivos y valores: Asegúrense de que ambos tengan objetivos y valores similares en la vida. Esto incluye discutir temas importantes como la familia, las finanzas, la religión y la crianza de los hijos.
Tiempo de calidad: Pasen tiempo de calidad juntos. Inviertan en su relación participando en actividades que ambos disfruten y que fomenten la conexión emocional.
Aprendizaje y crecimiento: Estén dispuestos a aprender y crecer juntos a medida que su relación evoluciona. La vida está llena de cambios, y adaptarse juntos fortalece su vínculo.
Resolución de conflictos: Aprendan a manejar los conflictos de manera constructiva. Escuchar y comprender las necesidades y preocupaciones de su pareja es fundamental para encontrar soluciones mutuamente satisfactorias.
Apoyo mutuo: Brinden apoyo emocional y práctico el uno al otro en momentos de dificultad. La presencia de su pareja puede marcar la diferencia en tiempos difíciles.
Intimidad emocional y física: Mantengan la intimidad emocional y física en su relación. La conexión emocional y la intimidad sexual son aspectos importantes de un matrimonio saludable.
Compromiso continuo: El matrimonio es un compromiso a largo plazo. Asegúrense de estar comprometidos a trabajar en su relación, incluso cuando enfrenten desafíos.
Consejería matrimonial: Si sienten que están luchando en su matrimonio, no duden en buscar la ayuda de un consejero matrimonial. La terapia de pareja puede proporcionar herramientas y orientación para superar problemas y fortalecer la relación.
Cuidado personal: Cuida de ti mismo y de tu bienestar emocional y físico. Una autoestima saludable y una vida equilibrada te ayudarán a ser una pareja más feliz y saludable.
Flexibilidad y adaptación: La vida está llena de cambios, y es importante ser flexible y adaptarse a las circunstancias cambiantes. Mantén una mente abierta y un espíritu colaborativo.
Es importante recordar que cada matrimonio es único, y lo que funciona para una pareja puede no ser adecuado para otra. La clave es estar comprometido, ser consciente de las necesidades y sentimientos de tu pareja, y trabajar juntos para mantener una relación sólida y duradera.
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