Conflictos conyugales

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"Y en esto pido oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento." Filipenses 1:9

Vivir solamente en amor y no enfrentar problemas y dificultades en el diario vivir de una unión conyugal, es muy difícil.

La verdad, son muchos los factores que pueden contribuir para que se presenten conflictos y se instalen en la vida de los dos. Si la pareja no está atenta a todos los puntos que pueden perjudicar la relación; con toda seguridad, tendrán muchas dificultades para mantener la relación conyugal.

El matrimonio es la unión de dos personas que poseen opiniones, peculiaridades y valores diferentes. Entonces, no es de extrañarse que aún en las parejas felices, el marido y la mujer tengan que enfrentar dificultades en su matrimonio.

Los conflictos se encuadran en dos categorías:
1. Los que pueden ser resueltos
2. Los que son permanentes

Lo que significa que, de una u otra manera, serán parte de la vida de la pareja para siempre. Si fueron capaces de identificar y definir sus diferencias, estarán aptos para adaptar estrategias para convivir con la situación.

Por ello el ingreso a la buena convivencia es fundamental.
El hombre espera un buen plato de comida. La mujer espera dormir, si es posible, todo el día. 

Así, la luna de miel se torna un momento de dulces recuerdos memorables que conducirán la vida de la pareja.
Una luna de miel tiene los tres mayores placeres de este mundo: Comer, Dormir y tener intimidad, ¡Y sin horario! Es un momento que fija, inspira y marca el rumbo de la pareja durante el resto de su vida, procurando tener otro momento parecido. 
El psicólogo Dan Wile en su libro "Después de la luna de Miel" dice: "Al elegir al compañero de la vida...inevitablemente estarás eligiendo un determinado conjunto de problemas inseparables a los cuales estarás ligado por los próximos 10, 20 o 50 años.

Recuerda que los matrimonios funcionan hasta el punto en que los problemas que tú veas son posibles de enfrentar.

¿Por qué suceden los conflictos?

Los desacuerdos entre las parejas, en su mayoría, no resulta por las diferencias e incompatibilidad de opiniones. Casi siempre son producidas por la insuficiente habilidad para dialogar, temperamentos fuertes, asuntos polémicos o intransigencias. Por ejemplo:

MALENTENDIDOS. Cuando uno de los dos no dice en forma clara que piensa o siente, y el otro hace suposiciones en vez de preguntar.
DEFENSA DE TERRITORIO. Causada por invasiones
SENTIMIENTOS HERIDOS. Por causa de comentarios que insultan, critican y acusan
SENTIMIENTOS QUE NO FUERON COMPRENDIDOS. Porque la otra persona se niega a escuchar o está respondiendo de forma negativa, usando: "Sí, pero".
RABIA EN AUMENTO. Debido al mal control del clima emocional.

Si uno de los dos está flojo o emocionalmente débil, cosas pequeñas pueden ser suficientes para desencadenar un conflicto. De la misma forma si uno de los dos estuviere cansado o preocupado con alguna cosa, una única frase acusándolo o algún comentario áspero podría dar inicio a un gran problema.

Existen problemas que tienden a ser más explosivos

1. SUEGROS.
Cuando uno de los dos tiene una relación muy estrecha con sus padres, que pierde de vista la importancia de su matrimonio o de su compañero.

2. DIVISIÓN DE TAREAS.
Cuando los problemas se presentan a través de quejas o exigencias y no a través de pedidos. Cuando se dan órdenes, imponiendo al otro a realizar lo que el otro desea. Cuando la división parece injusta.

3. TIEMPO Y DINERO.
Cuando uno o ambos son escasos. Cuando uno de los dos gana más dinero y cree que tiene derecho de gastar más o cuando uno de los dos trata de determinar cómo el otro deberá gastar su tiempo y dinero.
Cuando los novios piensan diferente en relación a los gastos y economía, de inversiones y de cómo deben usar el tiempo.
Cuando las preferencias de ambos no están siendo consideradas.
Cuando la decisión de uno de los dos, provoca una gran pérdida.

4. DIFERENCIAS CULTURALES Y RELIGIOSAS.
Cuando en la pareja no se respetan las creencias y las tradiciones del otro.
Cuando uno de los dos es incapaz de adaptarse a las tradiciones y creencias del otro.
Por esta razón es necesario unirse a una persona que tenga los mismos principios y compartan la misma fe.

5. HIJOS
Cuando uno de los dos tiene ideas muy diferentes en cuanto a la disciplina de los hijos.
Cuando la pareja es incapaz de compartir lo que saben con el otro o de aprender del otro.
Cuando uno o los dos no sienten la necesidad de leer, aprender y crecer en el conocimiento para educar a los hijos.
Cuando se critican mutuamente cuando los hijos pasan por alguna dificultad o se equivocan.

"Hermano y hermana G, midan sus palabras. Mientras no haya un centinela que vigile sus pensamientos y sus acciones se desalentarán mutuamente, y con toda seguridad, ninguno de los dos se podrá salvar. Ambos deben protegerse del espíritu precipitado que es causa de palabras y acciones superficiales. El resentimiento, que se alimenta en su creencia de que los han maltratado, es el espíritu de Satanás y lleva a la perversión moral. Mientras permitan que tome el control la precipitación, impedirán que la razón controle sus palabras y su conducta y serán responsables de todas las malas consecuencias que esto pueda traerles. Lo que se hace con desagrado y precipitación no tiene excusa. La acción es mala. Con una sola palabra agresiva y precipitada pueden clavar un aguijón en el corazón de sus amigos que nunca será olvidado. A menos que ejerciten el autocontrol serán una pareja infeliz. Cada uno de ustedes pone la causa de su infelicidad en las faltas del otro. Dejen de hacerlo. Establezcan como norma no pronunciar jamás palabras de censura mutua sino que, siempre que sea posible, de sus bocas salgan elogios" 4TI, 239.

"Algunos piensan que la locuacidad es una virtud y hablan grandezas de su franqueza diciendo las cosas desagradables que habitan en sus corazones. Permiten que su espíritu irascible se derrame como un torrente de reproches y acusaciones. Cuanto más hablan, más se excitan y Satanás aprovecha la ocasión para hacer su obra porque le es muy ventajosa. Las palabras irritan a quien las escucha y la provocación es respondida con palabras aún más duras. Finalmente, un asunto banal se convierte en un gran incendio. Ambos piensan que posiblemente sufran más pruebas de las que pueden soportar y que sus vidas son muy infelices. Con resolución, empiecen la tarea de controlar sus pensamientos, sus palabras y sus acciones. Cuando uno de ustedes sienta que se aviva el resentimiento, retírese y pida humildemente la ayuda de Dios, el cual escuchará la oración que sale de labios sinceros". 4TI, 239.
6. SEXO
Cuando la pareja tiene ideas muy distintas sobre la frecuencia o comportamiento sexual y/o cuando insiste en imponer su voluntad sobre la del otro, en vez de intentar entrar en un acuerdo mútuo.

7. PESO Y APARIENCIA
Cuando uno de los dos es incapaz de aceptar al otro como realmente es, y lo intenta cambiar.
Cuando uno de los dos es negligente con la higiene personal, que lo vuelve menos atractivo.
Cuando uno de los dos piensa de forma diferente en relación al cuidado del cuerpo.
Cuando uno de los dos es incapaz de aceptar los cambios en la apariencia del otro, causadas por la edad, por un accidente o por alguna enfermedad.

¿Qué hacer para solucionar los problemas?
1. Al hablar sobre el problema, hazlo de forma moderada, equilibrada y no áspera.
2. Lucha siempre por la reparación de la relación.
3. Controla las reacciones físicas durante las discusiones tensas, para evitar problemas mayores.
4. Tu meta debe ser llegar a la reconciliación.
5. Sé más tolerante con los defectos del otro(a).

Siguiendo estos consejos, probablemente, descubrirán que los problemas pueden ser resueltos y dejan de interferir en su felicidad conyugal.

"Todos deben cultivar la paciencia practicándola. Al ser bondadoso y tolerante, puede mantener ardiente el amor en el corazón y se desarrollarán en él cualidades que el cielo aprobará..."
"Ninguno de los dos debe tratar de dominar. El Señor ha presentado los principios que deben guiarnos. El esposo debe amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia. La mujer debe respetar y amar a su marido. Ambos deben cultivar un espíritu de bondad, y estar bien resueltos a nunca perjudicarse ni a causarse pena el uno del otro." HA, 91, 92.

UN DIÁLOGO CON LA IA

¿Cómo mejorar la capacidad de resolver conflictos en la pareja?

Mejorar la capacidad de resolver conflictos en la pareja es esencial para mantener una relación saludable y duradera. Aquí tienes algunas estrategias para fortalecer tus habilidades de resolución de conflictos:

Comunicación abierta y honesta: La base de la resolución de conflictos efectiva es una comunicación abierta y honesta. Habla con sinceridad sobre tus pensamientos y sentimientos, y escucha activamente a tu pareja.

Escucha activa: Escuchar es tan importante como hablar. Presta atención a lo que tu pareja está diciendo sin interrumpir. Puedes repetir lo que has escuchado para asegurarte de que lo has entendido correctamente.

Evita la escalada: Evita que una discusión se convierta en una pelea. Mantén la calma y evita el lenguaje o el comportamiento agresivo. Si sientes que la discusión se está volviendo intensa, toma un descanso para enfriar las emociones antes de continuar.

Empatía: Intenta comprender los sentimientos y perspectivas de tu pareja, incluso si no estás de acuerdo con ellos. La empatía puede ayudar a reducir la hostilidad y fomentar la comprensión mutua.

Enfócate en el problema, no en la persona: En lugar de culpar o atacar a tu pareja, concéntrate en el problema en sí. Evita los comentarios hirientes o las críticas personales.

**Utiliza "yo" en lugar de "tú": En lugar de acusar a tu pareja, utiliza declaraciones que comiencen con "yo". Por ejemplo, en lugar de decir "Tú siempre haces esto mal", puedes decir "Me siento frustrado cuando esto sucede".

Busca soluciones en conjunto: En lugar de competir, colaboren para encontrar soluciones mutuamente satisfactorias. Trabajar juntos en la resolución del conflicto fortalecerá su relación.

Compromiso y flexibilidad: Estén dispuestos a ceder en ciertos puntos y a comprometerse. La flexibilidad es clave para encontrar soluciones que funcionen para ambos.

Respeto mutuo: Mantén el respeto mutuo en todo momento. Trata a tu pareja con cortesía y consideración, incluso durante una discusión.

Comunicación no verbal: Ten en cuenta tu lenguaje corporal y tus gestos. A veces, la comunicación no verbal puede comunicar más que las palabras.

Aprender de los conflictos pasados: Reflexiona sobre conflictos anteriores y considera cómo podrías haber manejado la situación de manera diferente. Utiliza esas lecciones para mejorar tus habilidades de resolución de conflictos.

Busca ayuda si es necesario: Si sienten que están atrapados en un patrón destructivo o si los conflictos persisten, consideren buscar la ayuda de un consejero de parejas o terapeuta. La terapia puede proporcionar orientación y herramientas específicas para su situación.

Cuidado personal: Mantén un buen autocuidado. Cuando te sientes bien contigo mismo y estás menos estresado, es más probable que puedas manejar los conflictos de manera efectiva.

Recuerda que la resolución de conflictos en la pareja es un proceso continuo y que requiere práctica. Nadie es perfecto en esto, pero trabajar juntos para mejorar las habilidades de resolución de conflictos puede fortalecer su relación y crear un ambiente más saludable y armonioso en su vida juntos.

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