Antropología del hogar
TEOLOGÍA en DEL HOGAR - ASIGNACIÓN DE LECTURAS
1. El Hogar Cristiano (Elena de White): Secciones III y IV
2. El Hogar Cristiano (Elena de White): Secciones V y VII
3. El Hogar Cristiano (Elena de White): Secciones IX y X
4. El Hogar Cristiano (Elena de White): Sección XII
5. El Hogar Cristiano (Elena de White): Secciones XIII y XIV
6. El Hogar Cristiano (Elena de White): Sección XVII
SEMINARIO: Realizar un seminario sobre algún tema de Hogar y Familia en la iglesia donde realiza su práctica pastoral. Hará un reporte en un formulario que se le dará en clase. Si hay más de un estudiante de la asignatura en la misma iglesia, el seminario lo harán juntos.
FECHA DE PRESENTACIÓN DEL INFORME DEL SEMINARIO:
INFORME DEL SEMINARIO DE HOGAR Y FAMILIA
Nombre y apellido del estudiante:
Iglesia o Grupo:
Fecha y hora:
Tiempo que duró el seminario:
Número de asistentes:
Nombre del Pastor, Anciano o Director de Grupo:
Firma del Pastor, Anciano o Director de Grupo:
UNA PERSONA INDIVIDUAL Y PLURAL
En el libro bíblico de los orígenes, el Génesis, la historia de la creación está dividida en dos partes:
La primera describe la creación en general (Génesis 1:1-2:3).
La segunda la creación especifica del ser humano (Génesis 2:4-25).
En este capítulo nos ocuparemos de la descripción del ser humano como uno de los seres creados, según la primera parte de la historia de la creación.
Dios hizo todas las cosas con vista a la creación del ser humano. Lo creó individual y plural.
"Hagamos al hombre -dijo- a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó." (Génesis 1:26, 27).
Hay una referencia a la persona individual cuando Dios dice: "Hagamos al hombre"; y una referencia a su pluralidad cuando dice: "Varón y hembra" los creó.
Este concepto de que Dios creó al ser humano como individual y también plural parece contradictorio, pero no lo es.
Una Persona Individual
Analicemos en primer lugar el concepto de hombre, posiblemente 'adamah "el que procede de la tierra". Procede de ella, pero ya no es tierra. Lo masivo se ha tornado un individuo.
Tiene algo propio que lo identifica y lo hace diferente. "Brilla". Por eso es "el que brilla.." Énfasis en "el que" "uno" que brilla, "uno" que procede de la tierra. Un individuo específico. Una persona individual. La hermosura de esta creación individual está en su objetivo. No lo creó Dios para la soledad. Lo hizo para la pluralidad. Sin embargo, no se debe ver la soltería como una maldición; pues en este estado civil, la persona tiene disponibilidad para el servicio a la sociedad y a la iglesia.
Una Persona Plural
La misma pluralidad de Dios. "Hagamos al hombre a nuestra imagen -dijo- conforme a nuestra semejanza." Es el segundo concepto. Dios es personal y es plural. Su pluralidad no destruye su individualidad y ésta no se superpone a su pluralidad. Es uno y es tres. Sin coalición. En permanente unidad. La comunidad divina es trinitaria y la Trinidad es una comunidad divina en perfecta integración. La única que junta sus integrantes en propósito, acciones y objetivos, sin ninguna discrepancia. La individualidad para pensar y decidir en equilibro estable con la comunidad de ser y actuar. Creados para ser la 'imagen y gloria de Dios' (1 Corintios 11:7) Adán y Eva habían recibido capacidades dignas de su elevado destino. De formas graciosas y simétricas, de rasgos regulares y hermosos, de rostros que irradiaban los colores de la salud, la luz del gozo y la esperanza, eran en su aspecto exterior la imagen de su Hacedor. Esta semejanza no se manifestaba solamente en la naturaleza física. Todas las facultades de la mente y el alma reflejaban la gloria del Creador."
La Integración de Dos en Uno
De acuerdo con la historia del Génesis, el matrimonio es creación divina.
El objetivo de los seres humanos, así creados, era su propia integración de dos en uno. Unidad sin destrucción de la personalidad. Personalidad libre sin rebelión, ni discrepancia.
Y el tercer concepto completa la definición: "Varón y hembra los creó". Con diferencia sexual, pero no para separarlos. Para integrarlos completamente en uno. Totalmente equipados para formar la familia, elemento integrador de las personas individuales e instrumento al servicio de la imagen de Dios. "Fructificad y multiplicaos-les dijo-; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra." Génesis 1:28.
Les dio poder de dominio. No el poder de dominarse el uno al otro, sino el poder de dominar todo el resto de la creación.
El conflicto entre los sexos no tiene sentido. No hay uno superior, ni existe uno inferior. No hay uno que mande y otro que obedezca. No existe uno que tenga ciertos derechos y otro que no los tenga. Son complementarios. Y lo complementario, aunque sea diferente, y casi siempre lo es, jamás puede ser opuesto, o rival, o enemigo. Lo complementario sirve para completar, para perfeccionar, dando al que le falta lo que el otro tiene.
La unidad por integración complementaria es espiritual. No es legal, ni social, ni formal. No se trata de un acuerdo, o contrato social. Se trata de una admiración porque está basada en lo que yo te doy, no en lo que de ti recibo. Lo mío te complementa si te lo doy. Si no te lo doy, no es tuyo; y no te complementa. Y yo sólo te doy si te admiro. Si te desprecio, nada de lo mío es tuyo.
La admiración está fundada en la comprensión. Y la comprensión no es conocimiento. Hay muchas parejas que se quejan constantemente de la imposibilidad de llegar a conocer a su conyuge por su forma de ser tan impredecible y errática, tan incoherente y discontinua, hasta insensata. Pero la comprensión no es conocimiento.
Es una forma de sabiduría. Una perspicacia simpática y tolerante que penetra en la otra persona y la comprende. La ama. No es necesario conocer al conyuge para estar integrado plenamente con él. Hay que amarlo. Y el amor no es conflictivo. "Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.
La guerra entre los sexos no tiene sentido. Es un signo de la falta de amor en la familia humana. Un grito del alma clamando por afecto. Una actitud contradictoria que destruye lo que busca con la propia violencia de su búsqueda enemiga.
"El matrimonio es una unión para toda la vida y un símbolo de la unión entre Cristo y su iglesia. El espíritu que Cristo manifiesta hacia su iglesia es el espíritu que los esposos han de manifestar el uno para con el otro. Si aman a Dios en forma suprema, se amarán el uno al otro en el Señor; siempre se tratarán con cortesía y obrarán en cooperación. En su abnegación mutua y sacrificio de sí mismos, serán una bendición el uno para el otro…Hombres y mujeres pueden alcanzar una norma elevada, si tan solo quieren reconocer a Cristo como su Salvador personal. Entregándolo todo a Dios, velad y orad. El saber que lucháis para obtener la vida eterna os fortalecerá y consolará a ambos. Habéis de ser luces en el mundo por vuestros pensamientos, palabras y actos… Haced de Cristo vuestro modelo. Ensalzadle como al único que puede daros poder para vencer. Destruid por completo la raíz del egoísmo. Magnificad a Dios, porque sois sus hijos (HC, 82, 83).
UNA PERSONA INTEGRADA
Dios no creó al ser humano para la violencia. Lo hizo para la buena relación, para el afecto, para la comprensión, para el amor. Lo creo para la paz; para la guerra, no.
Dios creo al ser humano, hombre y mujer, como persona integrable y, por medio de la familia, integrada. El ser humano se integra en familia. Como padre, como madre, o como hijo, o hija. Los que no se casan, y por eso no forman una nueva familia, siguen integrados a la familia de sus padres. Esta integración no se destruye nunca.
La segunda parte de la historia bíblica de la creación, donde cuenta los detalles de la creación del ser humano (Génesis 2:4-25), dice que éste fue creado como persona viviente, a quien Dios le proveyó un hogar, le dio un objetivo para la vida, y le proporcionó una mujer, para que a ella se uniera, y fuera una sola carne con ella. Aquí están todos los elementos de la integración humana, tan indispensable para la seguridad, para la autoestima, y para el éxito familiar de la persona humana.
El Ser de la Persona Humana
El ser humano es una persona viviente. Creó Dios primero al hombre y después a la mujer. Sobre la creación del hombre, la historia dice: "Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente." (Génesis 2:7) Y al relatar la creación de la mujer afirma: "Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada". (Génesis 2:22) Así el romance no solo era una etapa, emoción y erotismo, sino un amor juicioso e inteligente, la esencia de toda esta relación. Como dice Gary Chapman: "El amor mutuo será emocionante más allá de lo que sentimos alguna vez cuando nos enamoramos. No será necesario el cortocircuito del desencanto.
Aunque el proceso de la creación de los dos es ligeramente diferente, su resultado es el mismo. Y aunque creadas en forma individual, las dos personas son básicamente de una misma "carne" y constituyen personas vivientes de la misma naturaleza. Están preparadas fisiológicamente para unirse en una sola carne, y están capacitadas para dejar la familia de sus padres sin entrar en conflicto con ella, e integrarse en una nueva familia bajo la conducción de Dios.
La persona viviente, esto es, el polvo de la tierra más el espiritu de vida, que Dios unió con el expreso propósito de crear un hombre, es un ser indivisible, completo y total; diferente a cada uno de los elementos que lo componen. Los elementos de la tierra forman parte del ser humano, pero la tierra ya no es tierra. Es un cuerpo humano.
Más aún, es un cuerpo vivo cuyas funciones, desde la piel hasta lo más profundo, se cumplen de un modo que la tierra, con los mismos elementos constitutivos, jamás podría realizar. El aliento de vida que Dios puso personalmente en el ser humano, ya no es aliento de vida sólo; pues el hombre no puede transmitir esa vida con un soplo.
Se ha unido a su cuerpo de tal manera que sólo puede tansmitirla a través de las complicadas funciones reproductoras que posee el cuerpo. ¿Dónde el termina cuerpo y comienza la vida? ¿Dónde la vida se hace cuerpo? Preguntas sin sentido porque el hombre es una totalidad indivisible. Es una persona viva que piensa y siente, que aprende y comprende, que se relaciona y se comunica, que se desarrolla y crece. Es una persona física, espiritual, intelectual y social. Un todo integrado en una unidad sellada no desmontable. (Mario Veloso, El hombre, una persona viviente, 47).
La antropología bíblica descarta la tricotomía de cuerpo, espíritu y alma, como sustancias diferenciadas, que pretende definir el alma (néfesh) como un elemento divino, eterno, presente en el ser humano. La mayoría de los exégetas modernos no ven esta enseñanza en los términos antropológicos de la Biblia. Entre ellos, Hans Walter Wolff, en su bien conocido estudio antropológico del Antiguo Testamento, dice:
"A néfesh no le compete nunca el significado de un núcleo de existencia indestructible, en oposición a la vida corporal, que pueda existir también separado de ella." (Wolff, Antropología do Antigo Testamento, 34).
Por el contrario después de la entrada del pecado, la Biblia dice que el alma es mortal. "El alma que pecare - afirma -, esa morirá". Ezequiel 18:4.
Vivir, según la Biblia, significa estar en relación con Dios, porque es la fuente de la vida, con los animales para gobernarlos con la tierra para administrarla, y con los semejantes para integrarse con ellos.
El semejante por antonomasia es el cónyuge y la integración con él constituye la más intima de todas las integraciones. Tan intima que puede establecer separación, con respecto a los demás, sin entrar en conflicto con ellos. Una separación que sólo define el carácter único de su intimidad. "Dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne". (Génesis 2:24).
Como dice Arrais en su libro: Alegrías y desafíos de la Familia Pastoral, 19:
"El matrimonio cristiano no es el resultado de la antropología o sociología humanas. Es un acto divino de creación en el que el Creador reunió a dos personas y los hizo uno. Y dentro del marco de esta unidad, el matrimonio da sus variados frutos: la relación ideal de unidad entre los dos; la emoción de tener y criar hijos; compartir alegrías y desafíos en el camino de la vida, particularmente en el llamado pastoral donde Dios los ha colocado como compañeros de equipo para cumplir su buena voluntad. Eso es lo que se quiere decir cuando expresamos que Dios diseñó el matrimonio como una sociedad; una que incluye todas las sorpresas y las aventuras de la vida, y abarca el ministerio sagrado de servir a nuestro Creador y Redentor. El concepto de unidad se hace palpable para ellos cuando comparten responsabilidades en todas las áreas de la vida: física, emocional, social, espiritual e intelectual. Este intercambio implica una presentación intencional en la vida del otro. Es esta presencia la que constituye el vínculo único que une a marido y mujer en un solo ser. la pareja descubrirá que, junto con la propia salvación, un matrimonio que se vive según el diseño de Dios es el regalo más maravilloso y satisfactorio que se puede recibir".
El Hogar que Dios Proveyó
El ser humano pertenece a su origen. Pertenece a Dios que lo creó. Pertenece al hogar que le dio Dios. A su ambiente físico y social. Su primer hogar fue un paraíso natural sumamente rico, un huerto de abundantes frutos, un lugar de vida y libertad para elegir, un ambiente rico, variado, hermoso, y un lugar apropiado para trabajar.
"Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia de bien y del mal. Y salía del Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice... Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Eden, para que lo labrara y lo guardase". Génesis 2:8-15.
Edén significa delicia. Una delicia por hogar, una morada santa, bella, completa. Di la construyó para el hombre y se la dio. Adán la cultivó y la guardó. Una sociedad humano divina que produce estabilidad y pertenencia. Plena integración. Cain, por sí mismo, construyó su propio hogar, una ciudad, independiente de Dios; y se hizo un ser desintegrado, errante. Descubrió por soledad que "si Jehová no edificare la casa, vano velan los que la edifican". Salmos 127:1. Y siguió viviendo en tierra de Nod que significa errante. (Génesis 4:16)
La delicia del hogar no está en las cosas que lo componen, aunque tengan su importancia. Está en la seguridad que produce, en el sentido de pertenencia que desarrolla, y está en la relación de los que lo construyen; porque la primera cosa que Dios que no era buena: era la soledad. La soledad no era parte del plan divino para el ser humano. Dios los quería en familia. "No es bueno que el hombre esté solo-dijo Dios-le haré ayuda (ezer) idónea para él". Génesis 2:18.
El Cónyuge que Dios Otorga
Eva, en el versículo 18, se llama "ayudante" (hebr, ēzer), pero la primera letra de esa palabra puede ser un ghayin original, que finalmente se combinó más tarde con la letra hebrea 'ayin. Si ese es el caso, hay una palabra en ugarítico (una lengua Cananea que tiene alrededor del 60% de palabras en común con el hebr.), deletreada ghezer, que significa "poder, autoridad" "correspondiente a la suya". En este caso, Eva es una compañera completa de Adán.
Cuando Dios trajo a Eva a Adán, el hombre explotó de alegría. Había visto todo el resto de la creación divina, pero no había ningún ser que le correspondiera. Con la mujer, la situación era diferente. Casi sin aliento, declara: "Este, sí, es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ella será llamada "Mujer', porque del hombre fue criada" (v. 23). 12 ¡Ese era un hombre feliz!
Dios creó a la mujer al hacer caer a Adán en un "sueño profundo", lo que la versión griega, la Septuaginta, traduce adecuadamente como "transe", similar a lo que ocurría a menudo con los profetas. Dios tomó una de las costillas de Adán y la usó como materia prima para formar a la mujer.
El teólogo coorge Bush dijo: "Esta omnipotencia, que da órdenes para que el embrión se desarrolle hasta la plena proporción y la estaca de un hombre, puede con la misma facilidad desarrollar el átomo más pequeño de la naturaleza a la perfecta simetría de la constitución física humana.
La expresión "hueso de mis huesos y carne de mi carne" se refiere al hecho de que el origen de la mujer está en el hombre y a su relación de intimidad con él como pareja conyugal.
Ambos deberían ser "una sola carne" y vivir en un matrimonio planeado para ser de profundo cariño y ternura.
Según Jonas Arrais (Alegrías y desafíos de la familia Pastoral, 20) "La palabra hebrea EZER, a menudo traducida como ayuda, se interpreta erróneamente para despreciar a las mujeres... Se usa una docena de veces para declarar que Dios es nuestra ayuda; sin embargo Dios no es nuestro subordinado, ni nuestro inferior"... "Eva fue una ayuda idónea para Adán en el sentido de que ella era su pareja perfecta, de modo que juntos podrías ser dos pilares iguales de fortaleza espiritual en su comisión conjunta de representar el carácter de Dios ante el mundo"
Y le dio una esposa. Su ayuda idónea, su igual, su compañera. La soledad del hombre estaba resuelta; porque el sentimiento de soledad parece producirse por ausencia de una sola persona. Para el hombre es una mujer. Para la mujer, un hombre. No cualquier hombre, no cualquier mujer. La mujer que Dios da. A Adán la dio por creación. A los demás, por casamiento.
El hecho de que Dios diera la mujer al hombre, ¿le daba al hombre una posición superioridad con respecto a la mujer? Parece que no. En la historia de la creación aparecen tres elementos que destacan una incontestable igualdad entre ellos.
Primero, se la dio como una "ayuda idónea." La palabra que se refiere a la ayuda, o a un ayudador, jamás se aplica para describir inferioridad o dependencia. Se refiere a las calificaciones de la persona, a la capacidad que tiene para ayudar. Es ayudadora porque está plenamente capacitada para ayudar.
Según Arrais (Alegrías y desafíos de la familia Pastoral, 20) una ayuda adecuada, no puede ser cualquier ayudante, es una ayudante única. "Debe ser alguien lo suficientemente capaz y los suficientemente fuerte, ¡Un Igual! De modo que, el peso de las responsabilidades del hogar debe descansar sobre los hombros de un hombre y una mujer... Se sirven el uno al otro. Son columnas espirituales de apoyo. Con la presencia de un hombre o una mujer, Dios facilitó todas las bendiciones que pretendía otorgar a la unidad familiar.
Por eso el mismo Dios aparece como ayudador y "bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob". Salmos 146:5. La mujer no es inferior al hombre. No es su ayudante, ni alguien superior a él. Es ayudadora, su colaboradora capacitada plenamente para estar con él, su igual.
Segundo, Dios creó a Eva en forma individual y la formó de manera directa y personal. Cuando Dios creaba a la mujer el hombre dormía. Aunque su cuerpo era el elemento que Dios estaba usando para la creación de la mujer, el hombre no participaba. Solo Dios actuaba, igual que en la creación del hombre. Adán y Eva fueron igualmente creados por un acto exclusivo de Dios.
Tercero, la comprensión de Adán en su unión matrimonial con Eva. No la recibió como un ser inferior a él. La aceptó como su igual. Una igualdad de constitución y de ser. "Esto es ahora dijo-hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada". Génesis 2:23.
La igualdad del hombre y la mujer es importante para la integración de ambos en la familia. Elimina el conflicto por la superioridad. Ninguno es más. Ninguno es menos. Son iguales. Pueden integrarse de la misma manera como los Tres miembros de la Deidad se integran en la Trinidad.
Hay, sin embargo, entre Adán y Eva una diferencia radical. De superación imposible.
Tanto que Dios condena todo intento de eliminarla. Poseen sexos diferentes. Pero la diferencia de sexo no fue creada por Dios para establecer una separación o para producir una desigualdad entre el hombre y la mujer. Fue creada para una integración más completa. Abarca todos los aspectos de su ser: las emociones, los pensamientos, los sentimientos. Su cuerpo, y su espíritu. Su temperamento y su personalidad. Todo. El todo de cada uno de ellos integrado en el todo del otro. La vida del uno integrada a la vida del otro, sin perder su identidad personal.
El Objetivo para la Vida
"Dios hizo al ser humano para vivir en familia. Este estilo de vida demanda un tipo de trabajo con objetivo específico. Un trabajo que, hecho en sociedad con Dios, construye el hogar y preserva la vida. La cooperación con Dios es el modelo para el trabajo en el hogar. Todos sus integrantes deben vivir una atmósfera de cooperación. Una acción diaria de trabajo conjunto con el mismo objetivo. El objetivo divino para el hogar es que todos sus integrantes sean felices". HA, 23.
El hogar "salvaguarda la felicidad y la pureza de la raza, satisface las necesidades sociales del hombre y eleva su naturaleza física, intelectual y moral". PP, 26.
La felicidad no es el sentimiento que surge cuando todos los deseos personales han sido atendidos en plenitud por los otros integrantes de la familia. Surge cuando "cada uno vela por la felicidad del otro" y proviene de los afectos.
Si yo te quiero, te atiendo.
Y cuando te atiendo, porque te quiero,
solo me importas tú, solo tu fuero.
Si en ti no muero, no vivo.
Si en ti no vivo, me muero.
Eclesiastés 9:9 presenta los goces de una vida familiar.
"Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol".
El verdadero afecto no se compra, ni se vende. No se fuerza, ni se exige. No se mendiga, ni se mezquina. Se regala. Cuando cada miembro de la familia realiza su parte, en el trabajo del hogar, como un regalo para los demás; todos lo disfrutan con alegría y felicidad.
UN DIÁLOGO CON LA IA
La Antropología Bíblica es una disciplina que se enfoca en el estudio de la naturaleza y la condición humana tal como se presenta en la Biblia. Examina los aspectos culturales, sociales, religiosos y morales de las sociedades antiguas a través de los relatos y textos bíblicos, así como las creencias sobre la creación, la humanidad y la relación entre Dios y los seres humanos.
Aquí tienes algunos puntos clave sobre la Antropología Bíblica:
Creación y origen humano: La Antropología Bíblica explora las narrativas de la creación en la Biblia, como el relato del Génesis, que presenta la creación de Adán y Eva como los primeros seres humanos. Esto lleva a discusiones sobre la creación divina, la naturaleza del ser humano y su relación con Dios.
Pecado y redención: La Biblia también aborda temas como el pecado original y la necesidad de la redención a través de figuras como Adán y Eva y la historia de la caída en el Edén. La Antropología Bíblica considera cómo estos conceptos influyen en la visión bíblica de la humanidad y la necesidad de reconciliación con Dios.
Cultura y sociedad: Los relatos bíblicos proporcionan información sobre la cultura, la sociedad y las costumbres de los pueblos de la antigüedad. La Antropología Bíblica analiza cómo vivían y se organizaban las personas en el mundo bíblico, incluyendo su religión, leyes y valores.
Ética y moralidad: La Biblia contiene una amplia gama de enseñanzas sobre la ética y la moralidad, que incluyen los Diez Mandamientos y los principios de justicia y compasión. La Antropología Bíblica explora cómo estas enseñanzas influyen en la conducta y la moral de las personas.
Teología y antropología: La Antropología Bíblica también se conecta con la teología, ya que considera la relación entre la humanidad y Dios, la imagen de Dios en el ser humano y los propósitos divinos para la creación y la redención.
Es importante tener en cuenta que la Antropología Bíblica es una disciplina académica que se enfoca en el estudio de la Biblia desde una perspectiva cultural y social, y no necesariamente implica una creencia religiosa específica. Los estudios en esta área pueden proporcionar una comprensión más profunda de la visión bíblica de la naturaleza humana y su lugar en la historia religiosa y cultural.
DIÁLOGO CON IA
¿Tienes alguna información sobre "Teología del hogar"
La "Teología del Hogar" es un enfoque teológico y espiritual que se centra en la vida familiar y en la idea de que el hogar es un lugar donde se pueden vivir y enseñar principios y valores religiosos. Aunque no es una disciplina teológica formalmente reconocida en el sentido académico, es un concepto que ha sido promovido por diversas tradiciones religiosas y grupos en todo el mundo.
Aquí hay algunos aspectos clave relacionados con la Teología del Hogar:
Centrado en la espiritualidad familiar: La Teología del Hogar pone un énfasis significativo en la vida espiritual de la familia. Promueve la idea de que el hogar es un lugar donde se puede cultivar la fe, la adoración y la práctica religiosa.
Enseñanza y formación: Se considera que los padres tienen un papel fundamental en la enseñanza y formación religiosa de sus hijos. Esto implica la transmisión de creencias religiosas, valores éticos y tradiciones espirituales a través de la educación en el hogar.
Rituales y prácticas religiosas: La Teología del Hogar a menudo fomenta la creación de rituales y prácticas religiosas en el hogar. Esto puede incluir la oración en familia, el estudio de las escrituras, la celebración de festividades religiosas y otros actos de devoción.
Énfasis en la comunidad: Aunque el hogar es un lugar central para la espiritualidad, la Teología del Hogar también enfatiza la importancia de la comunidad religiosa. Animar a la participación en la iglesia, la sinagoga, la mezquita u otras comunidades religiosas es una parte importante de esta perspectiva.
Unión de lo sagrado y lo secular: La Teología del Hogar busca integrar la fe y la vida cotidiana, lo sagrado y lo secular. Esto significa que la espiritualidad no está limitada a momentos o lugares específicos, sino que se extiende a todas las áreas de la vida familiar.
Valores familiares: Promueve valores familiares sólidos, como el amor, la compasión, la tolerancia y la unidad. Se enfoca en crear un ambiente en el hogar donde estos valores sean fundamentales.
Adaptación a diversas tradiciones: La Teología del Hogar puede ser adoptada por personas de diferentes tradiciones religiosas y culturas. Aunque los detalles pueden variar según la religión específica, el concepto central es aplicable a diversas creencias.
En resumen, la Teología del Hogar es un enfoque que busca integrar la espiritualidad y la religión en la vida familiar. Promueve la idea de que el hogar es un lugar donde se pueden vivir y transmitir los valores religiosos y espirituales, y donde se puede cultivar una vida de fe en comunidad con los miembros de la familia.
Comentarios
Publicar un comentario